Del mercado a tu mesa

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Frutas Charito: Sopa fría de melocotón

Melocotones en sopa fría

Llega el calor y surgen los melocotones, unos rojos, también llamados de agua o fresquillas, otros amarillos, también denominados de viña, más allá las nectarinas y un poco más lejos los paraguayos. Los hay de piel lisa o aterciopelada, de pulpa blanda y jugosa o de carne prieta. Los hay de sabor dulce o ligeramente acidulado.

Tamaño derroche de diversidad viene dado por que en el mundo se cultivan del orden de dos mil variedades de melocotón (en España llega al centenar) y con cada temporada van surgiendo al mercado más.

Con todo ello, el mayor problema se presenta en encontrar el melocotón ideal, para que su compra no se convierta en una lotería. Por ello en Frutas Charito nos esforzamos en seleccionar los mejores melocotones, dulces y aromáticos, valorando a los productores cuya profesionalidad y experiencia nos han confirmado una calidad de forma constante.

Solucionada esa lotería que algunas veces significa escoger el melocotón “fetén”, les proponemos dar a esta fruta una finalidad diferente a la habitual, comerlos en crudo, tal cual, como siempre se ha hecho, y poder jugar en la cocina aprovechando sus mejores valores (sabor y aroma) en presentaciones bien diferentes, para incluirlos en primeros platos, refrescantes y nutritivos, y no exentos de presencia.


Receta de sopa fría de melocotón, albaricoque y queso de cabra

Sopa fría de melocotón y albaricoque

Ingredientes (4 personas:
3 melocotones
12 albaricoques
Un pepino pequeño
½ pimiento rojo
2 cucharadas de miel
100 g de rulo de cabra
50 ml de vinagre de manzana (ajustar al gusto)
Aceite de oliva virgen extra
Un diente de ajo grande
Dos rebanadas de buen pan de hogaza
Cebollino o perejil
Sal
Pimienta

Pelar y cortar los melocotones en dados. Deshuesar los albaricoques y cortarlos en cuartos. Pelar y despepitar ⅔ del pepino y hacer dados con ⅔ del pimiento (reservar el resto para decorar).

Poner en un bol o tartera la fruta y las hortalizas en dados con el vinagre, la miel, un poco de sal, pimienta, dos cucharadas de aceite, el ajo partido por la mitad y la mitad del queso de cabra. Mezclar bien, tapar y dejar reposar toda la noche en la nevera.

Descartar el ajo y procesar la marinada con ¾ de taza de agua (o más, si queda demasiado espesa), corrigiendo de sal, pimienta y acidez. Enfriar una hora más para que se mezclen bien los sabores.

Poco antes de servir la sopa, cortar el pan en dados y dorar en una sartén con un chorrito de aceite de oliva (poco, no tiene que estar frito). Enfriar sobre un papel de cocina.

Servir la sopa con los tostones de pan, unas láminas finas de pepino y pimiento, un poco de cebollino (o perejil picado), un poco de queso de cabra desmigado, aceite, pimienta.

Receta cortesía de El Comidista. El País

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Pescadería Ernesto Prieto: Sardinas a la beccafico

El escritor Josep Pla decía que “las personas aficionadas a la cocina del pescado saben perfectamente que la sardina es el mejor pez comestible”. Una máxima que parece confirmarse cuando llega el verano y sus celebraciones. Por todo el territorio se multiplican los escenarios sardineros; no hay rincón, de norte a sur y de este a oeste, que no quede impregnado de ese singular olor de las sardinas asadas.

Pero ni es una particularidad de nuestro país, ni hay que conformarse con una humilde, pero sabrosa, sardina sometida al fuego purificador. En todo el Mediterráneo se rinde culto a este pescado popular y en regiones como la isla de Sicilia practican un amor reverencial a las sardinas que puede concretarse en uno de sus platos estrella:

Receta de sardinas a la beccafico
Sardinas rellenas al estilo siciliano

Ingredientes:
800 g de sardinas frescas
100 g de pan rallado
50 g de uvas pasas
½ vasito de vino de jerez
50 g de piñones
6 filetes de anchoa
Hojas de laurel
Zumo de ½ limón y de ½ naranja
Dos  cucharaditas de azúcar
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta negra
Alcaparras
Ajo

Limpiar las sardinas, dejándolas sin tripas ni espinas ni escamas y abiertas en abanico, pero no en dos partes sino una sola cada sardina; suele dejarse la cola. Luego se secan con papel de cocina y se reservan.

Mientras se ponen a remojo las uvas pasas en el vino de jerez (en su defecto en agua) y se enciende el horno a 200º para precalentarlo.

Echar aceite abundante en una sartén y dorar el pan rallado, removiendo para que no se queme.

Tomar un bol y echar en él el pan rallado junto con los piñones, las pasas, las anchoas troceadas, una cucharadita de azúcar, la sal y la pimienta (estas últimas al gusto). Se mezcla todo bien con ayuda de una cuchara, hasta que quede una farsa homogénea.

Rellenar las sardinas con esta farsa, quedando la zona de la piel por fuera e ir enrollándolas desde la zona más ancha hasta la parte de la cola y colocarlas en una bandeja de horno.

Mezclar el zumo de los cítricos con la cucharadita de azúcar restante y con unas cucharadas de aceite.

Colocar unas hojitas de laurel entre las sardinas, que deben quedar bien apretadas unas contra otras, y finalmente rociar con la mezcla de cítricos y aceite (si sobra parte del relleno también se puede echar por encima, aunque queda más elegante si es solamente con el zumo). Hornear unos 15 minutos a 180-200º.

Las sardinas se pueden emplatar según salen del horno, o bien podemos cortar cada sardina en 3 rodajas a imitación de sushi, y decorar como mejor guste, aunque no debe faltar un rociado final de aceite y los cítricos que se añadieron previamente.

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Carnes Cesáreo Gómez: hamburguesa de cordero

Hamburguesa de cordero lechal

¿Es usted un consumidor contumaz de hamburguesas? ¿Es de los que se niega a que en su bollo de pan no entre otra carne que no sea de buey, cebón, añojo o ternera? Pues nos proponemos abrirle los ojos, expandir sus horizontes, romper las fronteras de sus hábitos cárnicos. Hay otro mundo más allá del vacuno para elaborar una sabrosísima hamburguesa, existen posibilidades suculentas para ese placer único de comer con las manos. Les presentamos las hamburguesas de cordero.

Les preparamos hamburguesas de carne picada de cordero lechal o merino, sin mezclar con ningún otro ingrediente, con su punto de grasa para conseguir una pieza jugosa, pero nunca grasienta.

Una excelente alternativa a las tradicionales, con el beneficio añadido de contener más valor nutritivo y el sabor característico de la carne de cordero.


Hamburguesa de cordero con cebolla caramelizada
Hamburguer de lamb

Ingredientes:
1 tomate
Canónigos
4 panes para hamburguesa
4 Hamburguesas de cordero

Salsa de mostaza:
1 chalota
15 g de mantequilla
225g de nata.
1 c/s de brandy
25 g de mostaza en grano
1c/c de mostaza en polvo
Sal
Pimienta
Cebolla caramelizada:
1 cebolla
Aceite de oliva
50 g de azúcar
1 c/s de vinagre de Jerez

Para preparar la salsa de mostaza, picaremos la chalota y la sofreímos con la mantequilla. Cuando esté dorada, añadimos el brandy y dejamos hervir unos segundos antes de incorporar la nata. Reducimos hasta que se espese ligeramente e incorporamos la mostaza en polvo. Mezclamos bien y añadimos la mostaza en grano. Salpimentamos y dejamos hervir hasta que tenga el espesor deseado.
Cortamos la cebolla en juliana fina y pochamos con una cucharada de aceite de oliva. Cuando este bien blanda, incorporamos el azúcar y dejamos que se caramelice. Finalmente añadimos el vinagre y lo dejamos hervir durante un par de minutos más.

Cocinaremos las cuatro hamburguesas en una sartén con parrilla. Mientras tanto, cortamos el tomate en rodajas, tostamos los panes y lavamos los canónigos. Colocamos el tomate y los canónigos sobre el pan, encima la hamburguesa y añadimos la cebolla caramelizada sobre la carne. Ponemos salsa de mostaza al gusto.

Consejos:
La cebolla caramelizada la puedes encontrar ya elaborada en cualquier supermercado. Si no tienes tiempo de hacer la salsa de mostaza, puedes mezclar salsa mayonesa con salsa de mostaza, si estas son de calidad, te saldrá una salsa salsa espectacular.

De la web CanalCordero

Más información, reservas o pedidos telefónicos en nuestra web: Carnes Cesáreo Gómez
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Carnes Cesáreo Gómez: T-bone steak

T-bone steak

Para idiomas diferentes cortes cárnicos diferentes. El mundo anglosajón siempre ha alardeado de un corte de carne específico, el T-bone steak que en la Pérfida Albión y su mundo de influencia es el corte más popular,  hasta el extremo de que hay restaurantes, los famosos “Steak House”, que presumen de esta especialidad y hasta ostentan este nombre.

El nombre de T-bone steak ya nos indica que es un corte de vacuno en forma de T. Se trata de un peculiar corte que no se da en nuestro entorno. Se realiza de forma transversal a las costillas y tiene como resultado un chuletón con un hueso en forma de T en el medio; que separa dos partes diferentes de carne, una a cada lado del hueso, ambas suculentas y exquisitas: el solomillo y el entrecot. La parte más pequeña es la del primero y la de mayor tamaño del segundo.
T-bone steak a la parrilla

Aquí debemos hacer una aclaración. No es lo mismo corte que pieza. El corte como su nombre indica es la forma de seccionar la carne y las piezas son las partes enteras. Es decir: un lomo, un solomillo, etc.

El corte se realiza de la parte baja del lomo de ganado vacuno. No obstante, existen varias clases de T-bone porque en algunos casos se realiza en una parte más alta del lomo e incluye dos partes de entrecot y ninguna de solomillo. Una controversia más en el mundo de la gastronomía, aunque podemos asegurar que el T-bone clásico sí contiene tenderloin o solomillo.

Para los  más ortodoxos amantes del T-bone steak su grosor debe ser de 2,426 cm, o lo que es lo mismo, el diámetro exacto de una moneda de cuarto de dólar, mientras que en la vieja Inglaterra puede llegar a los 3 centímetros.
T-bone de ternera gallega

Al igual que el resto de las piezas de carne que pueden saborearse poco hechas o al punto, en función del gusto del comensal, es imprescindible sacarla del frigorífico por lo menos 20 minutos antes para que se atempere. De esta forma, se evita ese brusco contraste entre el exterior braseado y el interior frío, que impide saborearlo con profundidad. Por otra parte, si al extraerlo del frigorífico está demasiado húmedo, conviene secarlo con un paño o papel de cocina para evitar se cueza al exponerlo al calor.

La mejor forma de cocinar un T-bone es a la parrilla o a la plancha. El tiempo aproximado de braseado es de tres minutos por cada lado si se prefiere poco hecho y algo más si se desea al punto. La sal debe añadirse al voltearlo para evitar que incida en la tersura de la carne. Puede servirse fileteado o entero. Aunque en Estados Unidos es frecuente presentar la pieza completa.


Receta de T-bone steak
Receta de t-bone

Ingredientes:
1 pieza de t-bone de 300-400 grs
Pimienta
Sal de mar
Chile seco de su gusto o un poco de pimentón ahumado
Media cabeza de ajos, asados y hechos puré
1/2 taza de vino tinto

Mezclar los ajos con la pimienta, chile o pimentón, sal y un poco de aceite, hasta formar una pasta.

Untar el t-bone y dejar reposar cubierto por media hora.

Calentar a fuego algo una cacerola de hierro,  asador o antiadherente.

Poner el t-bone al fuego, y cocinar cinco minutos por cada lado.

Bajar el fuego, incorporar el vino tinto y tapar, cocinar por cinco minutos más (si les gusta termino medio, saltar este paso).

** Si lo comen termino medio, retirarlo después de cocinarlo por cada lado y cubrirlo, una vez cubierto,  desglasar la cacerola con el vino, y dejar reducir unos minutos, para acompañar con esta salsa el t-bone.

Receta de la web Rusttica

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Frutas Charito: conservas de espárragos gourmet

Espárragos de Navarra de alto standing que puede consumir a lo largo del año debidamente conservado. Un lujo gastronómico rebosante de elegancia y sabor.

Hay personajes que caen en el olvido de la historia a pesar de haber acumulado merecimientos suficientes, o un solo logro, pero de gran transcendencia. Uno de estos casos es Nicolas Françoise Appert, un confitero francés que en los albores del siglo XIX tuvo la genial idea de inventar un método para conservar los alimentos, preservándoles frescos durante largo tiempo embotados en un envase. Su ocurrencia le valió un premio en metálico y el reconocimiento de la administración napoleónica, que había convocado un concurso para conseguir un método de conservación que le permitiese suministrar alimentos a sus ejércitos, en plenas campañas bélicas por media Europa, sin peligro para su salud.
Espárragos blancos de Navarra

El método de Appert, que consistía en el envasado al vacío mediante el método del “baño maría”, ha sido muy mejorado con el tiempo, tanto en los sistema como en los envases, que originalmente eran tarros de cristal. Pero cuando hacemos el sencillo gesto de abrir una conserva, pudiendo degustar productos fuera de temporada, deberíamos recordar el mérito de aquel cocinero, antesala de lo que se podía considerar hoy como un “emprendedor”, que ha facilitado la vida y la alimentación a muchas generaciones.

Hasta aquí el recuerdo al inventor de la conserva. A partir de ahora nos dedicaremos a degustar una de las mejores conservas que encontrará en nuestros estantes y anaqueles: espárragos crema de Conservas El Juncal, una cotizada delicatessen que elabora esta empresa familiar desde hace más de 35 años en la localidad de Fitero y cuya fama se ha labrado con la selección de las mejores materias primas de la huerta Navarra y con un control exhaustivo de los parámetros de calidad y seguridad alimentaria.
Espárragos blancos de Navarra

Al margen de otras conservas vegetales de alta calidad su “buque insignia” son los espárragos blancos Crema Extra, elaborados al natural, de un calibre muy grueso y de exquisitez extrema. Tan cotizados que una vez comienza su campaña de comercialización anual se desata una verdadera fiebre para conseguir parte de este suculento botín y poder satisfacer las peticiones de los consumidores, ávidos de tener en la despensa unas latas de este tesoro.

Y es que la denominación Indicación Geográfica Protegida del Espárrago de Navarra es un objeto de deseo: de color blanco, textura suave y escasa fibrosidad, se recolecta diriamente por la mañana temprano, antes de que salga el sol, lo que evita que sus rayos puedan dañar el producto. Una vez desenterrado se enfrían rápidamente en agua, se lavan y se pelan, se les escalda y se clasifican según sus características, antes de envasar siguiendo estrictas normas de control y esterilización.

Para apreciar  sus mejores cualidades hay que consumirlos siempre a temperatura ambiente.


Receta de espárragos rebozados rellenos de jamón ibérico
Espárragos de Navarra rebozados

Ingredientes (4 personas):
12 espárragos de lata muy gruesos
150 gr. de jamón ibérico en lonchas
2 huevos
Harina
Aceite de oliva virgen extra.

Extraemos los espárragos de la lata, los escurrimos y los dejamos secar sobre papel de cocina.
Hacemos un corte a lo largo, sin que llegue a separar los espárragos en dos mitades, así serán más fáciles de manipular.
Cortamos el jamón en tiras, las introducimos en cada espárrago, cerramos y los enharinamos.
Bañamos los espárragos enharinados en huevo batido, y los freímos en aceite de oliva virgen extra durante unos pocos minutos por ambos lados.
Dejamos que escurran el aceite sobrante sobre papel absorbente y servimos calientes.

Apunte: Esta receta de espárragos rebozados rellenos de jamón ibérico facilita un primer plato rápido y lucido. Hay que servirlos nada más sacarlos del fuego, de lo contrario el plato pierde toda su gracia. Si no tenéis a mano jamón ibérico, podéis utilizar jamón serrano cortado en lonchas muy finas, incluso se puede cambiar el relleno y utilizar salmón ahumado.

Receta de la web Directo al Paladar

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Pollería Hermanos Gómez: pollos de caserio

Pollo de caserío

Los pollos de caserio vasco Lumagorri son una muestra de cómo potenciar la autenticidad de las razas autóctonas y los modos de crianza tradicionales dan como resultado productos alimenticios de mayor calidad.

Hay pollos y pollos, es obvio. Pero si es cierto que los controles sanitarios, la presión para dignificar la vida de los animales y una filosofía general para recuperar sabores tradicionales, a través de rescatar modos y usos de cría de antaño, la calidad de las aves ha aumentado y en todo el territorio hay una tendencia general a mimar los productos de la tierra, entre los que se localizan el patrimonio avícola regional.

Este es el caso del País Vasco, donde el sello de calidad Eusko Label –muy posiblemente reproduciendo el éxito de la certificación Label Rouge que tanto predicamento tiene en Francia- agrupa bajo su paraguas a los criadores del pollo de caserío vasco, que, con el nombre de Lumagorri (pluma roja), que hace mención a su pluma rojizo con la piel y las patas amarillentas, avalan que todo el proceso de producción, sacrificio y comercialización se realiza con todas las garantías de calidad, sanitarias y de higiene.
Pollo de caserio
En la cocina tradicional vasca el pollo ocupó un lugar de privilegio que se servía en las grandes ocasiones, eran pollos de caserío que sufrieron su declive durante los 70 ante la producción industrializada y los sistemas de alimentación intensiva. El apoyo institucional y de un proyecto de investigación de gran innovación en el sector agrario sobre  “el pollo de caserío criado libre en pradera», se fundó Lumagorri con diez productores iniciales y con ello, la nueva manera de criar los pollos de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Esos baserritarras (agricultores), que apuestan por una agricultura sana y por preservar la biodiversidad, constituyen hoy día un centenar de familias que se reparten en 42 explotaciones distribuidas por toda la comunidad autónoma. La mayor parte, 29, se encuentran en Guipuzcoa, 9 en Vizcaya y 4 en Álava.

Estos pollos se crían en los terrenos que rodean los caseríos de los agricultores , con una alimentación natural, no se les aplica ningún medicamento, basada en cereales con un más de un 60% de maíz, dando como resultado un producto sano.
Pollo de caserio
Las explotaciones se ubican lejos de las zonas industrializadas y se cuidan tanto aspectos climáticos como el estado de la hierba, su pendiente o su drenaje. En esas praderas, en las que debe haber al menos un espacio de dos metros cuadrados para cada pollo, se colocan comederos y bebederos y hasta lugares de sombra para que descansen tranquilos. Pero los animales, que alcanzan un peso que oscila entre los 1.250 y los 2.200 gramos, también corretean libres y su actividad física hace que produzcan después unas alas y unos muslos exquisitos y con muy poca grasa. En las casetas interiores también se cuidan todos los detalles y la temperatura o la iluminación son las adecuadas, siempre con una ventilación natural. Para garantizar un cuidado riguroso y una atención permanente, Lumagorri no permite más de 1.100 pollos por caseta ni más de tres casetas pos caserío.

La crianza de estas aves destinadas a la producción de carne dura alrededor de 12 o 13 semanas, pero siempre debe superar los 81 días. El crecimiento lento y al aire libre son dos de las principales señas de identidad de este pollo.
Pollo de caserío
Son los propios productores los más concienciados en salvaguardar este tesoro, y destacan la importancia de concienciarse para salvar esos bienes comunes que son el agua, el aire o la tierra y entienden que “somos lo que sembramos, criamos, comemos…” por lo que su filosofía es preservar la biodiversidad y apostar por una agricultura sana desde lo local. Todo ello pasa por una alimentación buena, limpia, sana y justa y ellos se encargan de que así sea con el pollo Lumagorri.

El pollo de caserio vasco es, por tanto, un producto de calidad que ofrece una carne sana, jugosa y sabrosa, que se puede comer de múltiples formas, ya sea entero o por piezas. Además de asado o frito, sin más guarnición que unas patatas o unas verduras, la imaginación del cocinero puede avanzar mucho más allá de esos platos típicos y los grandes gurús de la cocina vasca siempre han tenido muy presente el Lumagorri.


Receta de pollo de caserio a la catalana
Pollo Lumagorri a la catalana

Ingredientes (4 personas):
4 muslos y contramuslos de pollo lumagorri Eusko label
100 grs. de uvas pasas sin pepitas
100 grs. de ciruelas pasas sin hueso
1 copa de oporto
1 cebolla morada de Zalla
3 chalotas
4 tomates maduros de buen tamaño
300 grs. de agua
Pimienta negra molida
Sal de Añana
Orégano
Aceite de oliva virgen extra
Un puñado de piñones

Antes de empezar a cocinar, ponemos en un bol las uvas y ciruelas pasas y las cubrimos de oporto para que se hidraten. Mantenemos la hidratación durante 12 horas.
Rallamos los tomates y reservamos el puré resultante, cortamos la cebolla y las chalotas en juliana.

Limpiamos los muslos de pollo Lumagorri de piel y grasa y salpimentamos al gusto.
Ponemos al fuego una cazuela con 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, a fuego medio (4/6) y doramos los muslos por ambos lados.

Cuando los muslos estén bien dorados, añadimos la cebolla y las chalotas, y rehogamos hasta que esté todo bien pochado, con un bonito color caramelo.

Regamos todo, con el vino oporto que hemos usado para hidratar las uvas y ciruelas pasas (sin las uvas y ciruelas pasas, que reservamos) y dejamos caramelizar.

Entonces añadimos el puré de tomate rallado que habíamos reservado con anterioridad y lo cocinamos hasta que caramelice también.

Mojamos todo con el agua y bajamos el fuego (2/6) y cocemos durante 30 minutos.

Añadimos las ciruelas y uvas pasas y guisamos todo durante otros 60 minutos, manteniendo el fuego lento.

Salteamos los piñones en una sartén con un poco de aceite, que añadiremos al guiso repartidos por encima en el momento de servir.

Notas:
Lo más importante es que los muslos estén bien cocinados, para que queden muy tiernos y casi se deshuesen solos.
Ser generosos con la pimienta, al salpimentar los muslos, al caramelizar las cebollas y chalotas y al cocinar el tomate, el tono picantillo final, le da mucha personalidad.
Utilizar un vino con cuerpo, Adriá utiliza vino rancio, yo lo he sustituido por un oporto, también vale un jerez.
Receta del blog gastronómico EnekoSukaldari

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Pescadería Ernesto Prieto: trucha

Truchas arco iris
Sana, ligera y sabrosa, la trucha es una de los alimentos más nutritivos que podemos encontrar.

A pesar de una extensa red fluvial en España cuando se habla de pescado solo se piensa en los marinos, cuando los libros de cocina clásicos dedican una extensísima bibliografía al recetario de pescados de agua dulce. Quizás esto se deba a que estos libros culinarios tiene su fecha de redacción en tiempos en que el transporte era mucho más lento y el acceso a ese enorme almacén que representa el mar estaba demasiado lejos de los centros neurálgicos de poder, pues la corte se asentaba en localizaciones del interior de la Península.
Truchas en el mercadoEn Francia y en toda Europa central los pescados de río han tenido, y tienen, un protagonismo vital, y siguen siendo elemento fundamental de lo que se considera cocina de grandes mesas.

En España el salmón, y en menor medida la trucha, representan el «bloque duro» de los pescados de agua dulce. Y en ambos casos la acuicultura ha ayudado, y mucho, en suministrar ambas especies, no solo como una alternativa culinaria de alta calidad, también tienen una labor importante en favorecer la recuperación de las poblaciones salvajes, manteniendo la posibilidad de consumir pescado sin acabar con los recursos pesqueros.
Coca de truchaUn ejemplo: la trucha, que no solo es un pescado fresco, a buen precio y delicioso, además es uno de los alimentos más saludables que puede tener su dieta. Un alto contenido en ácidos grasos Omega 3, consolidado preventivo de las enfermedades cardiovasculares, bajo aporte de sal, fuente de vitaminas B12 y B3, suministrando un alto aporte de proteínas. Todo esto con un reducido aporte calórico que permite ser un aliado excelente en la lucha contra la obesidad y en mantener la línea.

En la cocina, al ser un pescado de sabor suave facilita las combinaciones más exóticas y preparaciones varidas, superando a la forma más tradicional en que en España se ha preparado la trucha: a la Navarra, que no es más que trucha con jamón. Magnífica, cierto, pero a nuestra tímida y modesta trucha la podemos vestir de “tiros largos”, que el resultado es admirable.


Receta de trucha a la gallega
Trucha a la gallega

Ingredientes (4 personas):
4 truchas de ración u 8 filetes de trucha blanca o asalmonada
300 g de cebolla
100 g de pimiento
100 g de puerro
10 g de pimentón
50 g de jamón serrano en taquitos
50 ml de vino blanco
2 dientes de ajo
Aceite de oliva
Sal

Primero preparamos las verduritas. Las cortamos en tiras finas y las pochamos a fuego lento. Cuando estén pochadas le añadimos los taquitos de jamón serrano y el vino blanco, y lo dejamos cociendo hasta que se evapore el vino.

Mientras, sazonamos ligeramente los filetes de trucha. Cuidado con la sal, ¡recordad que el jamón serrano ya va a dejar un sabor bastante salado! Después, ponemos los filetes en una sartén con poco aceite por el lado de la piel, y las marcamos hasta que la piel esté tostadita.

Cortamos 12 tiras de puerros y los ponemos en el microondas 10 segundos a máxima potencia. Los reservamos para más tarde.

Colocamos los filetes de trucha apoyados por el lado de la piel y le ponemos por encima las verduritas pochadas con el vino blanco y el jamón. Después volvemos a poner otra capa de filetes de trucha de modo que la piel quede a la vista. Para presentarlo, podéis atar los filetes con un poco de tiras de cebollino, así no se moverán tanto cuando las vayamos a comer.

Si os apetece, podéis preparar unas patatas cocidas y emplearlas como base de los filetitos, y, además, podéis preparar una ajada laminando ajo muy fino y dorándolo un poquito en una sartén con aceite de oliva. Cuando el ajo esté listo, le echamos un poco de pimentón, removemos y rociamos los filetes con la salsa. ¡Para chuparse los dedos!

Receta del chef Eduardo Pardo en Gastronomía de Galicia

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Frutas Charito: sisho verde

Hojas de sisho verde

¿A qué sabe la hoja de shiso?. Difícil respuesta, cada cuál podría dar un matiz diferente: ¿cítrica, un toque de menta, herbácea, albahaca, quizás cilantro?. El sabor es único y su fragancia inigualable.

Las hojas de shiso, conocida también como Perilla, como buena parte del mundo vegetal han sido muy utilizadas con fines terapéuticos en la medicina tradicional oriental, por sus cualidades antialérgicas y para mejorar las afecciones respiratorias, además, es un potente aliado contra las intoxicaciones alimentarias.
Sisho verde 3Quizás sea esta última facultad la que catapultó al sisho para convertirse en ingrediente fundamental en una cocina donde el pescado crudo es el “pan nuestro de cada día”, sin desmerecer a sus cualidades aromáticas.

Nativa de tierras montañosas de China y la India, su llegada a Japón le permitió una mayor difusión, y ahora está presente en las cocinas japonesas, coreana y de todo el sudeste asiático. Tiene un sabor picante y condimentada que se puede describir como un dulce cítrico combinado con el sabor que puede tener una rama de canela. Hay gente que también denota sabor a menta, albahaca o anisado. En resumen, un completo de matices perfecto para combinar.
Hojas de sisho verdeLa fragancia de la hoja de shiso tienen espacio como hoja decorativa de un plato de sashimi, o como especia en tiras finas en ensaladas, fideos o pasta. El sabor de la hoja combina bien con pescado o pollo. También se puede moler para hacer una salsa de pesto, o mezclarse con un poco de aceite de semillas de sésamo y tallarines soba, o se puede usar en cócteles, como el julepe de shiso. Además se pueden guisar o saltear, e incluso son ricas fritas en una masa de tempura.


Receta de langostinos con hojas de sisho
Langostinos en hojas de sisho verde

Ingredientes (4 personas):
12 Langostinos frescos
300 gramos de miga de pan duro
12 hojas de shiso verde
1 Cabeza de ajos negros
1 cucharita Pimentón de la Vera
300 mililitros Aceite de Oliva
12 Hojas de Menta
12 Brochetas de Madera Larga
Sal

Pelar los langostinos dejando cabeza y cola intactas. Embrochetamos el langostino con brocheta de madera desde la cola hasta la cabeza. Reservamos en nevera.

Para el Aceite de Pimentón: Calentar 300 ml de Aceite de Oliva y añadir la cucharita de Pimentón de la Vera. Freír. Pasar por un colador y ayudarnos con un papel de cocina para intentar que el aceite sea lo más limpio posible.  Reservar en nevera.

Para la Miga de Pimentón: Triturar los 300gr de miga de pan duro (con la ayuda de Termomix, mortero o batidora) y saltearlo con el 50% del Aceite de Pimentón que hemos realizado previamente. Procurar que no quede la miga muy grasa con la ayuda de un papel de cocina. Reservar.

Para el Ajo Negro: Pelar la cabeza de ajo extrayendo los dientes entero. Triturar los mismos añadiendo unas gotitas de agua en la batidora.  Reservar.

Para la Mayonesa de Pimentón: Verter un huevo en un vaso mezclador con una pizca de sal. Montar la mayonesa con el aceite de pimentón que nos había sobrado. Ayudensé de una batidora.

Marcar los Langostinos en plancha y sacarle las brochetas.

Disponer las hojas de shiso en los platos, añadir la miga de pan de pimentón, añadir un punto de crema de ajo, un punto de mayonesa de pimentón y hoja de menta. Encima colocaremos nuestros langostinos.

Para comerlo enrollar el langostino con la hoja de shiso acompañado de todos los ingredientes y disfrute de la receta en dos (o tres bocados).

Receta de Javier Aranda del Restaurante La Cabra en HOLA.COM

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Pollería Hermanos Gómez: conservas de perdiz roja

Tener en la despensa conservas de caza, por ejemplo de perdiz escabechada, es la solución perfecta para convertir una comida cualquiera en un gran acontecimiento. Tan solo tiene que escoger aquellas conservas que tengan marchamo de calidad, como las que podrá encontrar en Pollería Hermanos Gómez.

Ocasiones donde la falta de tiempo no nos permite cocinar, pero no queremos renunciar a un plato de relevancia, son la realidad que las más de las veces nos ocurren a diario. Por ello las conservas gourmet son una ayuda inestimable. Siempre que sepamos escoger la marca más adecuada, la que no solo se sirve de la mejor materia prima, también es necesario que haya demostrado pericia y buena mano a la hora de cocinar.
Conservas de capón de perdiz roja Perdicampo

Conservas hay muchas, pero cuando hablamos de conservas gourmet el número se reduce.
En este restringido grupo del tramo más alto de la escala se sitúa la firma Perdicampo, de las que resaltamos entre su gama de productos su conserva de capón de perdiz roja escabechado, seleccionadas en los mejores cotos del país, donde han permanecido un mínimo de seis meses en el campo, bajo las condiciones de una alimentación natural que, sumada a los beneficios de un ecosistema favorable para su desarrollo, le permiten manifestar las cualidades cinegéticas que la hacen famosa y que influyen en sus virtudes gastronómicas. Las especiales características cinegéticas son precisamente las que intervendrán en que su carne muestre su excelente sabor, que a diferencia de otras variedades de perdices, de mejor porte, han convertido a la perdiz roja en un alimento de gran prestigio gastronómico.
Conserva de capón de perdiz roja

La conserva de Capón de Perdiz escabechado de Perdicampo es la apuesta por un sabor tradicional, lista para el consumo. Su exquisito sabor es la mezcla de productos típicos de la gastronomía española, como son: aceite de oliva, vinagre de jerez y aderezando el caldo con sal, pimienta negra, ajo, cebolla, zanahoria y una hojita de laurel, obteniendo un suculento manjar. Lista para consumir, por ejemplo desmenuzando la pieza en una fabulosa ensalada, añadiéndole como aderezo su propio escabeche triturado.

Se presenta en tarro de cristal, y en su interior encontrará una pieza de capón de perdiz escogida de los mejores criaderos, por su tamaño, gordura y calidad, escabechada cuidadosamente.

Y recuerde que la perdiz es una carne con muy alto contenido en hierro y con un aporte moderado de grasa. Si la consumimos sin su piel, eliminaremos gran parte de este contenido en grasa. Además, su carne es muy fácil de digerir. La carne de perdiz contiene minerales como el zinc, el fósforo y el potasio, además de vitaminas como las del grupo B.

Receta de ensalada de canónigos y perdiz escabechada con pasas y parmesano
Ensalada de canónigos y conserva de perdiz escabechada

Ingredientes:
Bote de perdiz escabechada de unos 400 gramos
Canónigos y/o lechugas variadas
100 gr de pasas
150 gr de queso parmesano
30 gr de pistachos pelados
30 gr de almendras peladas
1 cucharadita de mostaza
Vinagre de Módena
Aceite de oliva virgen extra
Sal

Ponemos las pasas en remojo durante un par de horas para que se hidraten y se hinchen.

Lavamos los canónigos o las hojas de lechuga variadas que hayamos seleccionado las escurrimos bien.

Picamos en trocitos muy pequeñitos los pistachos y las almendras.

Mezclamos un poco de aceite de oliva, vinagre de Módena, sal y los frutos secos picados elaborando una vinagreta.

Mezclamos la perdiz escabechada en trozos, los canónigos, el queso parmesano rallado y las pasas en un bol y aliñamos la mezcla de ingredientes con la vinagreta que hemos preparado.

Receta del blog OKDiario

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Web de Pollería Hermanos Gómez

Carnes Cesáreo Gómez: el tartar de Mercato Ballaró

Solomillo de buey gallego

Nos encanta que un siciliano especializado en la cocinera marinera del sur de Italia, sabrosa y sugerente, se interese por nuestras carnes. Lejos de parecer un contrasentido es solo la constatación de que solo el respeto al mejor producto te permite ofrecer los mejores platos.

Angelo marino, chef del restaurante Mercato Ballaró

 

 

Y es que a Angelo Marino, dueño del restaurante Mercato Ballaró, mima con la misma prestancia una corvina que un solomillo de buey gallego. Y como toda buena acción tiene su premio, es desde hace años el mejor exponente de la cocina italiana en Madrid. Un referente para los amantes del buen comer que se han convertido en seguidores contumaces de todos y cada uno de los proyectos que Angelo ha realizado en la capital.

Desde la muy recordada Taberna Siciliana al actual Mercato Ballaró la tendencia ha sido la misma, incorporar los productos de temporada más selectos del mercado para ir confeccionado una carta profundamente variada pero muy arraigada a la estacionalidad de los productos. Propuestas culinarias que recogen lo mejor del mar y la tierra en su momento óptimo.

Su steak tartar de solomillo de buey gallego se ha convertido en un clásico de la carta de este recoleto y amable restaurante, eligiendo la carne más selecta para interpretar este plato con nota.

Receta de steak tartar de Mercato Ballaró
Steak tartar de solomillo de buey gallego en el restaurante Mercato Ballaró

Ingredientes (4 personas):
200 gr. de solomillo de buey gallego
1 yema de huevo
5 gr. de alcaparras
3 gr. de anchoas
4 gr. de cebolla morada
8 gr. de clara de huevo duro
1 cucharadita de mostaza
10 gr. de coñac
10 gr. de salsa Perrins
10 gr. de aceite de oliva virgen extra

Cortar la carne del solomillo en trozos pequeños, hacerlo a mano y nunca en picadora. El resultado es un problema de textura.

Picar muy bien las alcaparras, las anchoas, la cebolla morada y la clara de huevo duro.

Mezclar toda la picada con la yema de huevo, la mostaza, la salsa Perrins, el coñac y el aceite de oliva en un bol con ayuda de una cuchara y posteriormente añadir la carne del solomillo. Entremezclando la elaboración.

Emplatar sirviéndote de un aro.

Lo servimos acompañado de pan carasau, también conocido como pan de pergamino sardo o carta de música.

Receta cortesía de Angelo Marino, chef del restaurante Mercato Ballaró

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Web de Carnes Cesáreo Gómez