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Pescadería Ernesto Prieto: skrei, bacalao de confianza

El delicioso skrei

¿Tendrá que ver la temporada del bacalao Skrei con las tradiciones religiosas en la cocina? Habría que afirmar que no, pues no parece lógico que las migraciones del bacalao de Noruega utilicen el calendario de las comidas de Cuaresma, o sepan de esa abstinencia de ingesta de carne durante las fechas entorno a la Semana Santa. Muy al contrario, de conocer la tendencia obsesiva que tenemos a hacer del bacalao la materia prima básica de esta temporada se pensarían muy mucho su destino y enfilarían, aletas para que os quiero, hacía con otro rumbo.

Pero aunque esa conjunción “astral” sea fruto de la casualidad, el hecho es que en la época del año que más propensos estamos al uso de recetas de bacalao el Skrei, el nómada de las frías aguas del Norte, nos viene como anillo al dedo.

Aprovechemos a que aún es temporada y vamos a darnos un atracón de Skrei, que las posibilidades son enormes…

Receta de skrei al horno con tomate y ajo
Bacalao skrei al hono con tomate

Ingredientes (4 personas):
800 gr. de lomos de Skrei, sin piel ni espinas
1 cebolla
4 tomates
3 dientes de ajo
1 guindilla roja
100 gr. de pasta de tomate
1dl. de vino de blanco
1 dl. d aceite
Azúcar
Sal y pimienta

Precalentar el horno a 200° C.

Cortar la cebolla en dados pequeños, laminar los tomates y cortar finamente el ajo y la guindilla.

Sofreír en un poco de aceite de oliva la cebolla y el ajo. Añadir la guindilla y la salsa de tomate y dejar hacer durante unos minutos.

Añadir el vino blanco a la mezcla. Para dar más sabor a la salsa de tomate, añadir un poco de azúcar, sal y pimienta al gusto.

Poner la pieza entera de Skrei y el tomate laminado en una fuente de horno, y dejar hacer durante 20 minutos.

Para emplatar, rociar previamente la salsa de tomate con un chorro de aceite de oliva y hacer una base sobre el plato, colocar encima el Skrei y espolvorear con tomillo picado.


Receta de ensalada de Skrei, mango, patata e hinojo
Ensalada de Skrei, mango, patatas e hinojo

Ingredientes:
1 lomo de bacalao Skrei
1 mango
1 bulbo de hinojo
4 patatas pequeñas
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre de mango
Sésamo negro
Sal

Lavamos el hinojo y cortamos en juliana. Pelamos el mango y cortamos en cubos de aproximadamente 1 centímetro. Reservamos.

Mientras ponemos a cocer las patatas, enteras con piel, hacemos el bacalao. Previamente lo salaremos y freímos en abundante aceite a baja temperatura, estará hecho cuando veáis separarse las lascas: Retiramos y separamos las lascas.

Quitando algo de aceite pero usando el mismo, pochamos el hinojo, a mi me gusta que quede con un toque crujiente por ello no debemos excedernos. Escurrimos bien y conservamos en papel absorbente para retirar excesos de aceite.

Sacamos las patatas y metemos en agua fría; pelamos y cortamos en rodajas gruesas.

Para el emplatado ir colocando la patata haciendo una circunferencia, en el centro rellene con el mango. El hinojo lo distribuye por el exterior de esa circunferencia de patata, según los tamaños colocamos las lascas de skrei, aliñamos con el aceite y vinagre, espolvoreamos sal Maldon y el sésamo negro. Decoramos con unas ramitas de hinojo.
Receta cortesía de Fuego de Mortero


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Pollería Hermanos Gómez: la cocina de su suegra

La receta de pollo de mi suegra

A nuestro cliente y amigo Miguel A. Martínez le pasa lo mismo que le pasaba al cocinero vasco Koldo Royo, su suegra cocina genial. Este le dedicó un libro que llevaba por título “La cocina de mi suegra”, mientras que, por el momento, Miguel nos hace partícipes de una de las recetas de su madre política. Dos formas de rendir homenaje, y de romper con viejos clichés que han ensombrecido a las suegras de medio mundo. Al fin y al cabo, participan del mismo paraguas de la memoria gustativa que dice “como la cocina de las madres no hay nada”. Ellas son madres, aunque no sean las nuestras.

Desde Pollería Hermanos Gómez nos rendimos a las habilidades en los fogones de la suegra de Miguel
Pollo al estilo de mi suegra

Receta de pollo al estilo mi suegra

Ingredientes (2 personas):
2 muslos de pollo de corral
1 cebolla pequeña
1 puerro
½ pimiento rojo
½ pimiento verde
1 zanahoria
1 diente de ajo
Aceite de oliva
Vino blanco
Sal y pimienta al gusto
Azafrán
Laurel
Perejil
Agua

Las suegras, además de ejercer de tales, algunas cocinan realmente bien, o al menos ese es mi caso, en ambos aspectos. Para esta receta emplea pollo de corral o ecológico, que tiene más sabor y es un poco más duro y más caro que el normal, pero merece la pena, porque de por sí el pollo es bastante barato.

Lo primero es retirarle los pequeños trozos de grasa que pueda llevar adheridos a la carne y adobarlo con ajo y sal durante un rato, mientras tanto limpiaremos y trocearemos las verduras.

Dispondremos una tartera, no excesivamente grande, para que todos los ingredientes la rellenen suficiente como para que se muevan cuando se están cocinando (nunca supe muy bien el por qué de esto, pero la cocinera siempre matiza este detalle).
Pollo al estilo de mi suegra

Echamos un chorro de aceite en la tartera y la pondremos al fuego para procederá a dorar el pollo por ambas caras. Una vez dorado se añaden las verduras y se sigue friendo un rato, añadiendo al cabo de unos minutos ½ vasito de vino blanco y seguir a fuego medio hasta que se evapore totalmente y el agua que va echando la verdura se esté agotando. En este momento se cubre con agua, se incorpora el laurel, perejil y unas hebras de azafrán y se sigue cociendo con la tartera tapada durante 45-60 minutos.

Pasado este tiempo, si todavía persiste algo de agua, continuar con la tartera abierta hasta que se evapore por completo. Se puede acompañar de unas patatitas fritas enteras, que se añadirán al guiso en la última fase de la cocción, cuando falten unos 15 minutos para terminar el plato.


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Pollería Hermanos Gómez

Carne Cesáreo Gómez: costillar ibérico

Receta de costillar

Las costillas del cerdo ibérico son muy apreciadas por su jugosidad y sabor, al disponer de una mayor cantidad de grasa ibérica entre la musculatura intercostal, se consideran un manjar.

Aunque tienen menor cantidad cárnica que los costillares habituales del cerdo blanco, que le supera en tamaño y volumen, el ibérico lo suplen por la exquisitez de su carne y su delicada terneza.

Costillar de cerdo ibérico al pimentón ahumado

Ingredientes:
1 costillar de cerdo ibérico de 1 kg
1 vaso de vino blanco
1/2 vaso de aceite de oliva
1 cucharada de pimentón dulce
1 cucharada de pimentón picante
3 dientes de ajo
2 ramas de romero fresco
Sal
Pimienta negra en grano
2 hojas de laurel
4 patatas medianas
Aceite de oliva para las patatas
Sal maldon

En un bol ponemos el aceite, el vino, los ajos pelados y machacados, el laurel, el romero y los dos pimentones ahumados.

Salpimentamos el costillar, lo cortamos en cuatro raciones iguales, lo colocamos en una fuente de cristal, lo cubrimos con el adobado que hemos elaborado anteriormente, y lo reservamos en el frigorífico hasta el día siguiente.

Transcurrido este tiempo, en una bandeja de horno ponemos el costillar con el adobo y lo cocemos 50 minutos a 180º, dándole la vuelta cada 10 minutos aproximadamente.

Mientras tanto, pelamos las patatas, las cortamos en rodajas finas, y las freímos en una sartén hasta que se doren por los dos lados.Cuando el costillar esté listo, lo retiramos del horno reservando el jugo.

Disponemos de 4 platos de servir, colocamos una ración de cada uno, acompañamos con las patatas y aliñamos con el jugo.

Decoramos con algo de romero o cualquier otra hierba aromática y sal maldón.

Receta de la web The Spanish Food


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Carnes Cesareo Gómez

Pollería Hermanos Gómez: seguimos de caza

Caldereta de ciervo

El venado se engloba dentro de las carnes de caza mayor. Tiene un sabor similar a la del buey, aunque es mucho más ligera y las fibras son más cortas y tiernas.
Esta carne de caza tiene menos calorías, colesterol y grasa que la mayoría de los cortes del buey,  el cerdo o el cordero, y es una excelente fuente de micronutrientes como la niacina, potasio, fósforo, hierro, selenio y zinc.
Asado de venado
La carne de venado, al aportar poca grasa y una cantidad moderada de calorías, puede introducirse sin problemas en dietas de adelgazamiento, siempre y cuando no la cocinemos con demasiado aceite.


Receta de caldereta de venado
Guiso de carne de ciervo

Ingredientes:
1 Kg. de carne de venado cortado a tacos y limpia de piel
2 cebollas cortada en juliana
2 pimientos verdes cortados a tiras
1 cabeza de ajo
2 tomates maduros
Aceite de oliva
2 hojas de laurel
1 guindilla
Tomillo
Romero
1 c de pimentón dulce
Pimienta negra en grano (unos 12)
1 litro de vino tinto

Deja macerando la noche anterior en el frigorífico la carne con el vino, el tomillo y el romero.

En una olla con abundante aceite de oliva añadiremos la cebolla cortada en juliana, los ajos enteros (sin pelar), el pimiento, la guindilla y el laurel.
Cuando la cebolla esté bien pochada añadiremos el tomate picado, el cual rehogaremos durante 5 minutos.

Añade ahora la carne de venado bien escurrida y rehógala durante 2 minutos.
Vierte el vino que hemos empleado para macerarla.

Una vez se haya evaporado el alcohol del vino, añadimos los grano de pimienta, el pimentón dulce, unas ramas de tomillo y un par de vasos de agua. Cocina a fuego lento durante un mínimo de dos horas.
Cuando la carne esté bien tierna, pon a punto de sal y deja reposar durante al menos 4 horas antes de consumir.

Para acompañar el venado puedes adobar unas patatas fritas cortadas en dados gruesos y previamente adobadas en un majado de ajo y perejil. Una vez las tengas adobadas y fritas añádeselas a la caldereta para que cojan sabor.
Receta de SevillaABC


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Frutas Charito: crucíferas, vegetales sanos

Verduras de invierno

La fama, la buena y la mala, suele ser efímera y no siempre responde a criterios sólidos. El ejemplo que nos ocupa responde perfectamente a este hecho. Las crucíferas, soberanas entre las verduras de otoño e invierno, han tenido durante años una inmerecida mala reputación, sea debida al fuerte olor que algunos de ellos desprenden al cocinarlos o al considerarlas de menor nivel o verlas como un ingrediente de la cocina más rural. Y en esta necesidad de un “asesor de imagen” apareció la Organización Mundial de la Salud para recuperar el “honor” y la reputación: propiedades antioxidantes, prevención de algunas formas de cáncer, capacidad para combatir el colesterol, potente acción antibacteriana, beneficios para la piel y las articulaciones, aporte de ácido fólico, vitamina C, betacaroteno, importante suministro de fibra, colaboración en los regímenes de adelgazamiento por su efecto saciante…,  las sitúa en el escalafón alto de lo que se considera una dieta sana.

Es por ello momento para reivindicar la presencia de pak choi, coliflor, romanesco, repollo, lombarda, col de bruselas, colinabo o colirrábano, brócoli, col rizada (kale), berza, nabo, grelos, col china, etc… en la mesa.
Verduras de invierno

En general estas verduras y hortalizas son muy fáciles de preparar, incluso algunas de ellas se pueden comer crudas, pues textura y sabor son muy agradables. Unas necesitan de una cocción suave para obtener el mejor sabor y a otras se las deben aplicar una cocción fuerte.

En cuanto al molesto olor que desprenden al hervirlas hay remedios que palian o lo eliminan. Bastará con echar en el agua de cocción un chorrito de leche, o unos trozos de apio o un poco de vinagre y evitaremos que los vecinos conozcan a distancia qué van a comer hoy.

Las verduras crucíferas tienen tamaños y texturas distintas entre si, por lo que deberemos tener en cuenta estas diferencias a la hora de cocinarlas. Por ello vamos a intentar diferenciar algunos usos y costumbres con los que podemos dar un mejor uso al regalo invernal que nos ofrece la naturaleza:

Las crucíferas verdes, como el brócoli, las coles de Bruselas, la col rizada o kale, los grelos, el romanesco y otras quedan especialmente bien a la plancha, salteadas o al horno. De esta forma no solo no desprenden olores desagradables, también mejoran mucho su sabor y su textura, quedando más enteras, sin deshacerse.
Vegetales de invierno

La col rizada al horno, además, se puede convertir en chips para picar. Las hojas se desecan y se tuestan y quedan como un snack crujiente.

Las coles de Bruselas se pueden tomar como cualquier otra verdura: salteadas, al horno o a la plancha. También se pueden separar sus hojas y dorarlas a la sartén para tener un snack diferente.

El colinabo o colirrábano se puede comer crudo. Recuerda bastante a la manzana en textura, y tiene un sabor muy parecido al del tronco de la lechuga. Basta con pelarlo y cortarlo como queramos para tomar tal cual o añadir a ensaladas.
Pak choi

La col china, pak choi, repollo y grelos son un poco más delicados. Si las añadimos al principio de la preparación de un plato es muy posible que para el final estén demasiado blandas. Requieren muy poco tiempo de cocción, y más si las cortamos en tiritas finas.
Para hacer rollitos de primavera y similares no es necesario darles una cocción previa, se harán con el vapor que se forma dentro del propio rollito.
También las podemos comer crudas en ensaladas, igual que la lombarda, y dar un toque de color y textura crujiente muy original sin tener que recurrir siempre a la lechuga.

La coliflor y el romanesco comparten una textura muy compacta que las hace ideales para cualquier preparación. Incluso podemos rallarlos crudos y utilizarlos igual que el cuscús (y no es necesaria su cocción). Ambas hortalizas cortadas en trozos medianos y hechas a la plancha con especias son una base excelente para cualquier plato o acompañamiento y se hacen muy rápido.

A la hora de hacer cremas de verduras nabo, coliflor, romanesco y colinabo nos aportarán cremosidad. Para evitar que huelan mal cocírnalos aparte, al vapor, hasta que estén tiernos, y añádelos al resto de ingredientes ya hechos antes de pasarlo por la batidora.


Receta de pastel de coliflor con queso
Pastel de coliflor y queso

Ingredientes:
1 coliflor mediana
100 gr. de mantequilla
1 cucharada de harina
3 huevos
200 gr. de queso Emmental rallado
Sal y pimienta negra.

Quitamos las hojas verdes a la coliflor, la lavamos en agua fría y retiramos el tallo central, ahuecándolo por debajo con un cuchillo.
En una olla ponemos agua con sal. Cuando el agua comience a hervir añadimos la coliflor entera, que deberá cocer con la olla destapada de 30 a 45 minutos.
Consejo: Si quieres evitar el fuerte olor que despide la coliflor durante su cocción, añade un poco de miga con leche a la olla.
Una vez tengamos la coliflor cocida, machácala hasta conseguir un puré espeso.
Funde la mantequilla en una cazuela con un poco de aceite de oliva. Añade la cucharada de harina y rehógala con la mantequilla hasta que desaparezcan todos los grumos.
Incorpora el puré de coliflor a la cazuela y rehoga el conjunto durante un par de minutos.
Pasa el puré de coliflor a un bol, salpimenta y, una vez se haya templado, añádele los huevos batidos y el queso rallado. Mezcla bien e introduce el resultado en un molde redondo.
Cocinamos en el horno, precalentado a 180ºC, hasta que la superficie quede bien dorada.

Receta de ABCdeSevilla


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Frutas Charito

Carnes Cesáreo Gómez: filete a la plancha sin errores

Hasta el más pardillo entre los estudiantes de Erasmus asegura ser capaz de hacerse un filete a la plancha. Incluso perdido entre las sarténes de su piso compartido en algún lugar del mundo, y ansiando los periódicos envíos de viandas familiares, se siente convencido de ser un experto en su trato con la carne a la plancha. Y es que, aunque cocinar un filete no puede ser más fácil, se cometen errores de forma habitual que le quitan todo el sabor a la carne.

Pocas cosas hay más sencillas que un filete a la plancha a la hora de cocinar. Su preparación en simple, rápida y además sabe rico. Basta con ir la carnicería, elegir una buena pieza y encender la plancha o sartén. Luego, vuelta y vuelta, un poco de sal o especias, y listo. Aunque el procedimiento no puede ser más fácil, hay pasos en los que se perpetran desaciertos que con un poco de tacto se pueden evitar.

Para descubrir los equívocos el cocinero Anthony Bourdain -chef del Brasserie Les Halles, con base en Nueva York y sucursales en Miami, Florida y Washington DC- se ha encargado de abrir los ojos y el entendimiento cuando nos ponemos a trabajarnos un corte de carne a la plancha.
Filete a la plancha perfecto

“El error más grande, que hace todo el mundo, es la continua comprobación para ver si se hace en el interior; lo sacan de la parrilla y lo cortan», detalla el cocinero. Boudain, indignado, explica que esta práctica estropea del todo el sabor de la carne: «Lo que está pasando en el interior del trozo de carne es una recirculación de jugos. Si se corta de inmediato este proceso, dentro acabará estando todo rojo». 

Así que ya tenemos el primer mandamiento: Abandona la contínua comprobación del filete y nada de apretarlo con la espumadera o utensilio al uso. Y condenación para el que se le ocurra sacarlo de la sartén y cortarlo para verificar cómo va de cocción el interior.

Otro de los grandes defectos que cometen los mortales es poner el fuego demasiado alto. Bourdain asegura que debemos elegir una temperatura media, para que la carne se cocine de forma efectiva tanto por dentro como por fuera. Asimismo, hay que recordar que debemos dejar reposar la carne al menos 3 minutos antes de servirla para que los jugos acaben de darle sabor al filete.
Hacer carne a la plancha

Y como todo tiene su explicación: Durante el proceso de cocción y por acción del calor, la coagulación de la proteína tensa las fibras musculares. Como la carne se cocina y se contrae de afuera hacia adentro, el jugo se dispersa hacia el centro de la carne, que es la parte menos cocida. Si se corta de inmediato, los jugos terminan en la tabla de cortar en lugar de permanecer en el interior de la pieza de carne.

Mucho habremos adelantado si asimilas lo que hemos explicado hasta ahora. Estamos en el buen camino. Pero existen algunas otras normas, de obligado cumplimiento, que te harán descubrir que el filete que hasta ahora dabas por bueno distaba mucho de un filete a la plancha correcto.

La carne que vayamos a cocinar siempre debe estar a temperatura ambiente. A saber, ese hábito de sacar de la nevera la carne y lanzarla, sin solución de continuidad, sobre el calor de la plancha es una barbaridad. Hay que esperar a que se temple un poco, pues cocinarlos fríos tendrá como consecuencia obligatoria un pedazo de carne escasamente jugosa, pues nunca se podrá hacer uniformemente.
Carne a la plancha

Aquí va otra recomendación. Un filete no es un saltimbanqui, dispuesto a hacer varios mortales sobre el calor. Una única vuelta, primero debe hacerse por un lado y luego por el otro. Olvídate de “retratarle” repetidas veces por cada lado.

Y vamos con el último de los preceptos. No echar la sal sobre la carne cruda – aquí existen diferentes doctrinas, pero nosotros nos quedamos como nos los enseñaron nuestras abuelitas-. La “sal de la vida” se la aportaremos al darle la vuelta al filete, sobre la cara ya hecha o después al emplatar.

Como verás no ha sido tan difícil, y si se cumple con estos preceptos el elemental filete a la plancha alcanzará otra dimensión. Ir en paz… y buen provecho.


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Pescadería Ernesto Prieto: pez raya

Que no sea muy común y popular no significa, en buena parte de los casos, que no sea absolutamente delicioso. Esto se podría aplicar a la raya, un pescado blanco, cartilaginoso, y emparentado con los tiburones, que quizás ha llamado más la atención por su curiosa forma aplanada que por ser uno de los pescados más interesantes desde el punto de vista nutricional.
Aletas de pez raya

Como pescado blanco, su carne magra posee un bajísimo contenido graso (por cada 100 gramos tan solo aporta 0,9 de grasa y 79 calorías). Además es sumamente rico en proteínas de alto valor biológico, de tal forma que incluye todos los aminoácidos esenciales, y alto aporte de vitaminas del grupo B y A –baste decir que suministra más vitamina B12 que las carnes o los lácteos-, además de minerales vitales para nuestra salud.
Pez raya en la cocina

Son las aletas del pez raya donde se encuentra la carne comestible, excepcionalmente sabrosa, que se puede cocinar: rebozada, a la plancha, frita o guisada y servir acompañada de diversas salsas y guarniciones de verduras, pimientos, tomates, guarnición de avellanas, pimentón, alcaparras, patatas, ajo y perejil, etc… En definitiva, un sinfín de posibilidades.

Aún atesorando tantas virtudes y versatilidad le ha costado ganarse un lugar entre los productos del mar en la gastronomía española, salvo honrosas excepciones como son la raya en caldeirada en Pontevedra, el suquet de raya tarraconese, la raya con tomate valenciana o al pimentón, plato popular de la costa de Huelva. Como nos muestra la historia, a la raya le ha pasado lo mismo que les ocurrió a otros pescados, se ha dejado su protagonismo en manos de los restaurantes y restauradores, y le cuesta hacerse sitio en las cocinas de los hogares.
Elaboraciones con pez raya

Con todo, la raya ha escrito algunas de las páginas más notables de la alta cocina mundial, pues la mítica receta francesa de Pez raya a la mantequilla negra es uno de los hitos de lo que se considera cocina selecta. Elaboración que era uno de los platos icónicos de un templo de la modernidad culinaria como fue La Gastroteca de Stephane y Arturo, que por la década de los 80 se convirtió en centro de peregrinación para los paladares refinados en un Madrid todavía en “pañales” en locales con personalidad y atrevimiento gastronómico.


Receta de pez raya a la mantequilla negra
Raya a la mantequilla negra

Ingredientes:
4 alas medianas de raya peladas
50 g de mantequilla
75 g de alcaparras pequeñas y escurridas
1 ramillete de perejil fresco
1 limón.

Se salpimientan los pedazos de raya.

En una sartén antiadherente se funden 50 g de mantequilla.
Se coloca el pescado y se soasa por las dos caras durante unos minutos, regándolo con la grasa continuamente.

Mientras, se pica el perejil sobre la tabla:

Se se añade el resto de la mantequilla a la sartén para darle el punto “avellana”, que es ese en el cual la mantequilla adquiere color, pero sin que llegue a quemarse.
Se agrega el zumo de limón y se pasa la mezcla por un fino con papel, con el fin de eliminar impurezas.
Se incorporan entonces las alcaparras y el perejil y se rocía la salsa sobre el pescado.

Truco: Es importante que las alcaparras sean de un color verde oscuro y, cuanto más pequeñas, más sabrosas y tiernas son.

Receta de XLSemanal


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Pescadería Ernesto Prieto: al rico salmonete

Salmonetes de roca

Sentimos veneración por los salmonetes, y siempre hay un rincón relevante en nuestros mostradores del Mercado de Chamartín para ofrecer los salmonetes de roca más frescos y vistosos. Y hemos escogido al gran Gordon Ramsay –el chef más mediático y un acumulador insaciable de estrellas Michelín- para una receta con salmonetes, en una versión muy mediterránea, tal y como se merece tan delicado pescado.

Salmonetes en risotto

Resulta curioso que el salmonete, el pescado con el nombre menos rimbombante sea uno de los productos del mar con más personalidad y que mayor prestigio haya conseguido entre los restauradores. Sea por su llamativa coloración, con tonos rojizos y anaranjados, sea también por su delicado sabor, se ha hecho por méritos propios con un lugar en la alta cocina.

Pero esto no es una novedad, tanto griegos como romanos apreciaban el salmonete por su agradable sabor. Además, lo mitificaron por su capacidad de adquirir tonalidades más fuertes e intensas a medida que se acerca el momento de su muerte, y parte del espectáculo de su consumo en las mesas grecorromanas era servirlo vivo para observar esta mutación en sus tonalidades. Ya se sabe, no siempre la cuna de la civilización acertaba en sus modos y maneras.
Lomos de salmonetes

La carne de este pescado es firme, blanca y de un excelente sabor. Se consume entero y cocinado, tanto a la plancha como asado o frito, pero siempre tras eliminar sus agallas y sus escamas.
Se aconseja cocinar los salmonetes de menor tamaño fritos, mientras que los mayores resultan exquisitos a la plancha o asados al horno con un poco de aceite de oliva o en papillote.

Si se desea intensificar el sabor del plato se pueden preparar los salmonetes al azafrán, a la menta o con un poco de mantequilla y limón. Las verduras salteadas a la plancha o en pisto son un buen acompañamiento para este pescado. Incluso pueden emplearse unas hojas de lechuga para envolver al salmonete antes de introducirlo en el horno.


Receta de salmonetes con tomates, aceitunas y anchoas
Salmonetes a la manera de Gordon Ramsey

Ingredientes (4 personas):
4 salmonetes grandes (aprox. 300 g cada uno)
3 cc. de aceite de oliva
200 g de tomates cherry
100 g de aceitunas negras deshuesadas
3 anchoas en aceite de oliva
Zumo de limón
Albahaca

 

Pide en la pescadería que preparen los salmonetes en mariposa, es decir, que les quiten la espina y los abran de modo que los dos filetes queden aún unidos por la piel, o hazlo tú si es que dominas esta técnica. Limpiar el pescado y secar con papel de cocina.

Calentar una sartén grande con el aceite. Sazonar el pescado y freír 1½ minutos con la piel hacia abajo. Darle la vuelta y cocinarlo por el otro lado 1-1 ½ minutos. Pasar a un plato y mantenerlo caliente.

Echar los tomates cherry, cortados por la mitad, en la sartén y añadir las aceitunas, en rodajas, y las anchoas. Mezclar a fuego alto durante un par de minutos.

Añadir un poco de zumo de limón y cocinar hasta que los tomates se hayan ablandado un poco.

Mezclar con la albahaca e inmediatamente repartir en platos calientes, colocando el pescado encima, con la piel hacia arriba, y servir enseguida.

Receta de Gordon Ramsay en la web MeGustaCocinar


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Pollería Hermanos Gómez: carne de avestruz

Si te apetece degustar la carne de una de las aves más exóticas y sanas del planeta, la de avestruz, ya puedes encontrarla en Pollería Hermanos Gómez, tendrás la posibilidad de descubrir su excelente sabor y las posibilidades culinarias.

A pesar de estar introducida en el mercado desde hace tiempo, la carne de avestruz sigue teniendo el marchamo de producto desconocido y exótico para muchos consumidores.

Este ave originaria de África posee, a diferencia de la carne de aves de consumo que conocemos la mayoría (gallina, pavo, pato, etc…), una carne roja de características similares a la carne de vacuno. Su sabor es singular y puede considerarse como una mezcla entre la de ternera y la de buey, con ciertas reminiscencias a piezas de caza mayor.
Elaboraciones de avestruz

Aunque tradicionalmente el uso de este animal estaba encaminado al empleo de su piel y plumas en artículos de moda y complementos, su explotación en la cocina ha ido aumentando gradualmente gracias a las características de su carne, tierna y con alto valor nutritivo, y en países como Australia, con una sobrada tradición carnívora, es desde hace años un alimento común.

La carne de avestruz es considerada como una de las más saludables. Su aspecto es similar al de la carne de vacuno, pero algo más dulce y con menos grasa y colesterol. Presenta un modesto aporte calórico, siendo muy rica en proteínas de alto valor biológico con altos niveles de aminoácidos esenciales (leucina, arginina, fenilalanina y lisina).

Es la carne roja que más ácidos grasos poliinsaturados (omega-3, 6 y 9) aporta, a la vez que tiene una baja concentración de grasas saturadas. Si la comparamos con otros tipos de carne, la de avestruz tiene de ocho a nueve veces más Omegas 3 que la carne de vacuno y hasta 80 veces más que las carnes blancas. Tiene un alto contenido de calcio, fósforo y hierro, minerales esenciales para nuestra salud.
Cortes de carne de avestruz

Entre los minerales esta carne destaca por su aporte en hierro (de fácil absorción), calcio, fósforo, zinc y manganeso, y un bajo contenido en sodio, haciéndola apta para personas que deben comer dietas restringidas en dicho mineral. Dentro de sus vitaminas destacan las del grupo B, especialmente B2 y B12 y en menor medida B1 y B3.

Otras de las bondades de la carne de avestruz es que, debido al metabolismo del animal y su rápido crecimiento, está exento de las habituales prácticas de engorde mediante el uso de hormonas.

En caso de que sean fanáticos de lo vacuno, y les preocupa el sabor, encontrarán que la carne de avestruz es muy similar en sabor pero es más blanda en boca, con menos colesterol, menos grasas y calorías (casi la mitad que el pollo). Es, por tanto, un alimento ideal para incluir como aporte de proteínas animales.
Receta de carne de avestruz

La mayor parte de la carne se obtiene del muslo, alrededor de un 66% del músculo, y se pueden encontrar diferentes piezas como filetes, para guisar o asar, aunque también se pueden elaborar derivados especiales como hamburguesas y salchichas. Al contener poca grasa, se aconseja cocinarla poco y prepararla asada, acompañándola con salsas o con hierbas aromáticas, que mariden con su rico sabor. Su textura y suavidad hacen que cuando se le da el toque idóneo, resulte muy sencilla de digerir.


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Pollería Selecta Hermanos Gómez

Frutas Charito: mango, rey de las frutas tropicales

Mango, fruta tropical

Para muchos el rey de las frutas tropicales, el mango es ya un clásico:, un fruto carnoso, sabroso y refrescante, extremadamente versátil a la hora de consumir, y te lo mostramos con una receta de flan de mango.

El mango se cultiva desde tiempos prehistóricos y existen referencias escritas sobre este fruto que datan aproximadamente del año 2000 antes de Cristo. Originario de la India y Birmania donde siempre ha sido objeto de veneración. En el hinduismo, el dios Ganesha , simbolizado por la cabeza de un elefante, reverenciado como patrono de las artes y las ciencias, del conocimiento y la inteligencia, sostiene en sus manos mangos perfectamente maduros como símbolo de los logros de los devotos y de su potencial de perfección.

Conocido también como «melocotón de los Trópicos», el mango es rico en fibra, minerales (fósforo, calcio, potasio), vitaminas (especialmente A y C) y ácido fólico.
Mangos, frutas tropicales

A la hora de consumir mango es importante que esté ligeramente blando y que desprendan un buen aroma, ya que el mejor sabor del mango se consigue cuando está maduro. El color de la piel no es un indicador de madurez, esta coloración nos cuenta únicamente cuál es la variedad de la fruta. Por ello, déjese aconsejar por el equipo de Frutas Charito, nos indica aproximadamente en qué momento lo va a utilizar y elegiremos la pieza idónea. No admitimos fracasos.
Sirva como recomendación que esta fruta sólo se debe conservarse el frigorífico si se quieren consumir frío, y únicamente durante el tiempo que necesiten para alcanzar la temperatura deseada.

El mango es todo un manjar como fruta fresca, de hecho es el uso preferido de los consumidores, pero funciona a las mil maravillas al incluirlo en ensaladas o como “contorno” de carnes, y sus posibilidades se despliegan si pensamos en convertirlo en zumos y mermeladas, enorme su comportamiento en toda la repostería y vital en esa delicia asiática que se denomina chutney, la materialización de todos los sabores.

Pero vamos con un consejo práctico: ¿cómo pelar y cortar un mango sin armar un estropicio?. Hemos encontrado un video que nos facilitará dos formas sencillísimas y originales de extraer lo mejor del fruto, aprovechando toda la pulpa.


Receta de flan de mango
Postre de mango

Ingredientes:
2 mangos maduros
100 gr. de azúcar
60 gr. de harina de maíz
4 huevos
1 litro de leche
Vainilla en polvo
Caramelo líquido

Pela los mangos y trocéalos para triturarlos junto con la leche.
Bate el resto de ingredientes, es decir, el azúcar, los huevos, la vainilla y la maicena, hasta conseguir una crema fina.
Junta ambas preparaciones y vierte el resultado en flaneras individuales, cuyo interior habremos caramelizado previamente.
Prepara un baño María y hornea las flaneras a 180ºC durante 45 minutos aproximadamente.
Una vez los flanes hayan cuajado, los sacamos del baño María y dejamos enfriar antes de desmoldar.
Decora los flanes con unas frambuesas cortadas por la mitad y unas láminas muy finas de mango (sin pelar).
Para evitar que la superficie de los flanes se queme durante el horneado, cúbrelos con papel aluminio o con una placa de horno.

Receta de la web ABCdeSevilla


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