El huevo es una fuente importante de nutrientes para personas de todas las edades. Su inclusión en una dieta variada proporciona indudables ventajas nutricionales y sanitarias.
Por partes
En la yema se encuentra prácticamente la totalidad de la grasa (tanto saturada, como monoinsaturada y poliinsaturada, el colesterol, los ácidos grasos omega -3…), vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y algunos minerales como el zinc, así como la colina, luteína y zeaxantina. También se encuentra una elevada proporción del contenido en vitamina B1, B6, folato, B12, ácido pantoténico, biotina, calcio, fósforo, hierro, cobre y selenio.
La clara contiene más de la mitad de la proteína y es más rica que la yema en vitamina B2, niacina, yodo, magnesio y potasio.
Teniendo en cuenta la pauta de tomar 2/3 raciones/día entre carnes, pescados y huevos, un niño, una persona de tamaño pequeño o mediano, o inactiva, el consumo puede estar en los 3-4 huevos/semana, mientras que una persona corpulenta, o físicamente activa, podría consumir hasta 7 huevos/semana.
El huevo es un alimento recomendable en todas las edades y muy adecuado en las etapas de crecimiento, circunstancias fisiológicas especiales (embarazo y lactancia) y para las personas mayores. No se debe renunciar al consumo de huevos sin causa que lo justifique, porque constituye una pérdida nutricional y gastronómica gratuita.
La mayor o menor facilidad para digerirlo depende muchas veces de su preparación. El huevo cocido se digiere mejor que el frito, ya que no lleva grasas añadidas en su preparación.
Nutricionalmente un huevo de tamaño medio aporta tan solo 71 kcal. y una cantidad muy elevada de nutrientes. Unido a su efecto saciante, hace que sea un alimento útil en el control de peso. Por ello, ayuda a prevenir el sobrepeso y la obesidad. Así, cuando se toma en el desayuno, se tarda más en sentir hambre, lo que favorece una ingesta más controlada de alimentos a media mañana o en el almuerzo, frente a lo que ocurre cuando se hace un desayuno insuficiente o no se desayuna.
Su elevado contenido en proteínas ayuda al crecimiento muscular y a frenar la pérdida de músculo, por ejemplo, cuando se hace ejercicio intenso, se está inactivo o se sigue una dieta hipocalórica.
Algunas recomendaciones
Un huevo se conserva fresco y comestible al menos durante cuatro semanas después de la fecha de puesta.
Por contra, es muy sensible a los cambios bruscos de temperatura, por ello en nuestra tienda están sin refrigeración, para mantenerlos a temperatura constante hasta llegar al hogar. Tras la compra, debemos mantenerlos en el frigorífico, evitando que puedan absorber olores o sabores de otros alimentos. Es importante sacarlos justo antes de su uso y solo aquella cantidad que se vaya a consumir.
No es aconsejable lavar los huevos para volverlos a almacenar en el frigorífico, ya que se destruiría la película natural que lo protege y evita la entrada de microorganismos patógenos. Solo se recomienda lavarlos si se hace inmediatamente antes de su utilización.
Es importante comprobar y respetar la fecha de consumo preferente. Cuando está cercana es preferible consumirlo en preparaciones en que esté bien cocinado, como por ejemplo cocido.
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