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Carnicerías del Mercado de Chamartín: el paraíso de la carne premium

Carnicerías para los amantes de la carne.

El Mercado de Chamartín, ubicado en uno de los barrios más emblemáticos de Madrid, se erige como un lugar donde la tradición culinaria se fusiona con la modernidad, ofreciendo a los amantes de la buena comida una experiencia única. En este escenario vibrante y lleno de vida, las carnicerías destacan como auténticos templos para aquellos que buscan carne premium, calidad inigualable y un servicio personalizado.

Las carnecerías del Mercado de Chamartín no son simplemente lugares para adquirir carne; son auténticos centros de conocimiento, donde los carniceros son expertos en el arte de la carne, de sus cortes y de la comercialización de razas autóctonas. Cada establecimiento es único, con su propio sello distintivo y una cuidadosa selección de productos que van más allá de la simple venta.

Al adentrarse en este paraíso de los amantes de la carne, se descubre un abanico de opciones que van desde las carnes más tradicionales hasta las más exóticas, todas con la garantía de frescura y calidad que caracteriza al Mercado de Chamartín. Los clientes pueden deleitarse con cortes de ternera de pastoreo, cordero lechal de la región y cerdo ibérico de bellota, entre otras opciones de origen local.

La excelencia en la calidad de la carne se combina con el arte de la presentación. Los expositores de las carnicerías están cuidadosamente organizados, mostrando las distintas piezas de carne de manera atractiva y apetitosa. La experiencia visual es tan importante como el sabor, y cada rincón invita a explorar las posibilidades culinarias que ofrece el mundo de la carne premium.

 

Carnicerías y meatmaster

Los carniceros del Mercado de Chamartín no son solo vendedores; son verdaderos embajadores de la carne de calidad. Su conocimiento profundo sobre las distintas variedades, los cortes ideales para cada ocasión y las técnicas de preparación convierten la compra de carne en una experiencia educativa y enriquecedora. Los clientes pueden recibir recomendaciones personalizadas, aprender sobre las mejores prácticas de cocinado y descubrir recetas innovadoras que resalten el sabor único de cada pieza.

Carnicerías de cercanía

La relación directa entre productores locales y las carnicerías del mercado es esencial para garantizar la frescura y la trazabilidad de la carne. Los proveedores locales, muchos de ellos con décadas de experiencia, suministran carne de la más alta calidad, criada de manera sostenible y ética. Este enfoque en la proximidad garantiza que los clientes estén contribuyendo al apoyo de la economía local y disfrutando de carne fresca y deliciosa.

La oferta no se limita a las carnes convencionales; las carnicerías del Mercado de Chamartín también son conocidas por sus selecciones de carnes gourmet. Desde cortes de carne de wagyu japonés hasta opciones más inusuales, los amantes de la carne premium pueden explorar sabores y texturas únicas que elevan su experiencia gastronómica a un nivel superior.

 

 

Además de la impresionante variedad de carnes, las carnicerías del Mercado de Chamartín también ofrecen servicios adicionales, elaboraciones cárnicas listas para el horno, una gama de charcutería inigualable, el envasado al vacío y la preparación personalizada de cortes según las preferencias de los clientes. Este enfoque en la atención al cliente y la flexibilidad demuestra el compromiso de estas carnicerías con la satisfacción total de quienes buscan la mejor calidad en cada compra.

Carne para los amantes de lo mejor

Desde la cuidada selección de productos hasta el conocimiento experto de los carniceros y la atención al cliente excepcional, cada detalle se combina para ofrecer una experiencia culinaria inigualable.
Al visitar este mercado, los aficionados a la carne no solo encuentran un lugar para abastecerse de productos de alta calidad, sino que también se sumergen en un mundo donde la carne es una pasión.

Papillote: rápido, sencillo y limpio

Papillote

Pocas técnicas de cocina son tan sencillas de realizar como el papillote; tiene todas las ventajas, es fácil, rápida y limpia, por lo que no se necesita ninguna preparación, ni disponer de sofisticados utensilios de cocina, ni la cocina quedará como un escenario de guerra, ni el olor de la receta se propagará por toda la casa, y con el extra de conseguir grandes resultados en cuanto a textura, propiedades y sabor. Además, al cocinar los alimentos al vapor de sus propios jugos, se convierte en el método para comer de forma sana. Perfecto para dietas hipocalóricas, pues la aportación de grasas o salsas en mínima.

Pero ¿qué es el papillote? Este método de origen francés, que en su momento era pura modernidad, se basa en envolver los alimentos en papel sulfurizado, papel de aluminio o, lo más moderno, carta fata –un material que simula el papel transparente y es compatible con los alimentos con propiedad de neutralidad y resistencia al calor (incluso en aceite) hasta 220ºC-, formando un paquete bien cerrado por los bordes de modo que quede un receptáculo hermético. Que al someterlo al calor el envoltorio se hincha y resulta una ligera receta al vapor, que evita la pérdida de líquidos y, por tanto, garantiza el mantenimiento del jugo propio de cada alimento, conservando casi intactos todos los nutrientes y vitaminas.

Percado al horno en papillote

 

Durante la cocción no se puede abrir y cerrar el papillote y todos los alimentos van a cocerse el mismo tiempo. Por lo tanto, lo ideal es el pescado (sin espinas) se pongan en filetes que no sean muy gordos y la verdura si lo acompaña sea del mismo tamaño, bien en bastones, trocitos de media luna o en juliana. Luego puede darse el caso de que tengamos verduras más duras o fibrosas (como espárragos o coliflor), y aquí lo mejor es saltearlas o escaldarlas antes. También tenemos la opción de hacer papillote con pescados enteros, teniendo en cuenta que el tiempo que van a necesitar va a ser mucho mayor que un filete, así que mejor con verduras duras o incluso láminas de patata.

Ya hemos comentado que la cocción se hace en los propios jugos que van soltando los alimentos, de tal manera que todos los aromas y sabores naturales se potencian. Ahora bien, si salteamos las verduras unos minutos antes en una sartén con un poquito de aceite de oliva y sal, ganaremos en sabor.

Cocina de pescado en papillote

Todas las especias y aderezos son bienvenidos: pimienta, eneldo, tomillo, laurel, vino blanco, zumo de limón, etc. Los líquidos y las grasas siempre vendrán bien cuando la pieza de pescado no sea tan jugosa. Por ejemplo, a un filete de merluza le iría bien un chorrito de aceite de oliva y otro tanto de limón. Sin embargo, para un filete de salmón prescindiría de líquidos, porque ya de por sí es bastante jugoso; aun así podríamos añadirle algún extra.

El horno es lo más práctico y te valdrá con cualquier envoltorio. A una temperatura de 180 ºC, se van a necesitar entre 5 y 20 min aprox., dependiendo de lo que pongamos. La clave para saber si el interior está hecho es cuando el paquete se hinche. También podemos hacerlo en una sartén o al microondas (con su utensilio correspondiente). Por otro lado, si estás en una barbacoa, aprovecha para hacer un papillote a la parrilla, le aportará los aromas de tostado al interior y quedará fenomenal.


Receta de salmón en papillote a la naranja

Salmón a la naranja en papillote

Ingredientes:
1/2 taza de zumo de naranja

1/2 taza de vino blanco
1/4 de taza de cebolla picada
4 filetes de salmón fresco
1 cucharada de ralladura de naranja
4 ramas de cebollino
4 ramas de eneldo
4 cucharadas de mantequilla
Sal y pimienta

 

Precalentar el horno a 190° C.

Primero haremos la salsa y eso es poniendo en una olla el vino, zumo de naranja, ralladura de naranja y la cebolla. Hay que ponerlo a fuego alto y llevar a ebullición. Deja cocinar hasta que se espese y reduzca a la mitad.

Por otro lado prepara 4 trozos de papel de aluminio tan grandes como para cubrir los filetes de salmón. En cada uno coloca un filete, cebollino, eneldo, una cucharada de mantequilla, salsa de naranja y sal y pimienta al gusto. Cierra bien, formando como una media luna y que no se escape nada.

Ponerlos en una bandeja para el horno y meter al horno, cocinar durante 10 o 12 minutos. Servir muy caliente.

Receta de VIX


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Pescadería Ernesto Prieto: pulpo el marisco totémico de los gallegos

Del pulpo pueden acuñarse varias definiciones. Una, la fría descripción de un molusco cefalópodo con ocho brazos y dos filas de ventosas en cada uno; de un cuerpo blando con un cerebro muy desarrollado y dos grandes ojos que le proporcionan una visión privilegiada. Pero tal vez resulte más sugerente la del periodista y escritor Jorge-Víctor Sueiro  «El pulpo es el marisco totémico de los gallegos; el plato popular que acompaña a las fiestas, las romerías y, a diario, es el socorrido compago para una tapa en el bar, que va tan bien a unas tazas de Ribeiro, tinto mejor, o si no, blanco a gusto».

Pulpo gallego

Y añadía «non ten ósos, nin espiñas, ni cascas… ¡Todo e carne! ¡e qué carne!»; en la lengua de Rosalía, algo así como “no tienen huesos, ni espinas, ni cáscaras, …todo es carne, ¡y que carne¡” Y no le faltaba razón este amante de la cocina gallega, pues en su carne se percibe el mar, bastante fina, aunque haya de ser vapuleada y luego blanqueada para ser preparada.

Resulta curioso comprobar cómo la tradición pulpeira arraigó lejos de las costas gallegas. La principal razón se encuentra entre los viejos muros del monasterio de Oseira,  donde recibían kilos y kilos con los que los marineros pagaban sus tributos. «En aquellos tiempos, hace dos siglos largos, el pulpo de Galicia se consumía, mejor que fresco, en seco o cecial», recuerda Jorge-Víctor Sueiro. Como el bacalao o el congrio, era de las pocas alternativas para comer pescado en el interior.

Pulpo gallego

 

Ya sea a la vinagreta  o “a feira”, como siempre se ha tomado en las ferias populares gallegas, acompañado de sal, pimentón y aceite, el pulpo es siempre un elemento festivo. Pero sus opciones se expanden en un universo de sensaciones: estofado, escalfado o simplemente guisado con pequeñas patatas o “cachelos”, o al estilo de Málaga, guisado con garbanzos; en Cataluña, donde asan los pequeños pulpos, o en Japón, los únicos que compiten con nuestro país en el consumo de pulpo, donde entre otras muchas opciones se presenta cocido en trozos, con finas rodajas de pepino y una salsa de jenjibre, vinagre y soja.


Ensalada de carpaccio de pulpo con aceite de pimentón

Ensalada de carpaccio de pulpo

Ingredientes:
Un pulpo pequeño cocido
Lechugas varias (lollo rosso, hoja de roble, escarola, etc…)
1 cabeza de ajos
200 ml. de aceite de oliva
1 cc de pimentón dulce

 

Para el aceite de pimentón, calienta el aceite de oliva en una cazuela. Introduce en el aceite la cabeza de ajos (sin pelar) cortada por la mitad. Una vez los ajos estén dorados, retíralos de la cazuela y apaga el fuego. Añade al aceite la cucharada de pimentón y remueve bien hasta que éste quede bien disuelto en el aceite. Lo reservamos.

Lava las lechugas, escúrrelas bien y trocéalas. Ahora alíñalas con aceite de oliva virgen, unas gotas de vinagre de Jerez y una pizca de sal gruesa.

Con la ayuda de un cuchillo muy afilado, corta los tentáculos del pulpo en rodajas lo más finas posibles y cubre con ellas la base del plato. Rocía el pulpo con el aceite de pimentón.

Sobre el carpaccio de pulpo servimos un bouquet de ensalada aliñada.

Si te gusta el punto picante, sustituye el pimentón dulce por pimentón picante.

Receta de ABCSevilla


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