Del mercado a tu mesa

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Carnes Cesáreo Gómez: maduración de carnes rojas

Buey

Esto de la maduración de las carnes rojas, y en especial del buey, va camino de convertirse en una competición sin límites por quién es capaz de mantener más tiempo en cámara la carne. Una especie de concurso sin fin donde se ofertan carnes con más de tres meses, otros publicitan con haber superado 120 días, y así el listón se va subiendo hasta lo que parece que el valor está en el tiempo y no en la carne en si misma.
Comprendemos el ánimo de investigar, la importancia de la innovación gastronómica, pero ¡cuidado!, tampoco es el caso de jugar a ser dios.

En Carnes Cesáreo Gómez seguimos respetando el modo tradicional, el que nos ha enseñado la experiencia, con tiempos de maduración entre los 30 y los 45 días –nunca es un tiempo exacto, es la pieza la que nos marca cuándo es su estado óptimo- en condiciones controladas de temperatura y humedad.
Carne de buey

Este proceso es el que permite que se ablande el tejido al romperse proteínas y fibras, en lo que se pierde agua y se van concentrando el sabor y los aromas, alcanzando el estado perfecto donde mandan las características organolépticas de una carne extraordinaria.

Así lo hemos hecho durante décadas y esto es lo que buscan y aprecian nuestros consumidores. Consumidores que estiman los especiales matices de un producto único, perfectamente afinado, y que luego se encargan de procesar en casa con mimo y respeto.

Como siempre la valoración la ponen nuestros clientes, y su opinión final es la que decide el mérito de nuestra carne. Por ello, nos sentimos dichosos cuando nos llega la opinión de un cliente, que para nosotros es la mejor encuesta de satisfacción.
Chuletón de Carnes Cesáreo Gómez

Reproducimos el “testimonio cárnico” de Raimundo, un auténtico gourmet que nos ha hecho llegar imágenes y opinión sobre un chuletón de nuestro último, e impecable, buey gallego.

Nos contaba el proceso para alcanzar la temperatura interior de la carne de 50 grados y conseguir un acabado «niquelado».
– Parrilla a 250 grados, se cocina cerrada.
– 10 minutos por cada lado a fuego directo.
– 10 minutos a fuego indirecto
– 10 minutos reposando fuera de la barbacoa envuelto en papel de aluminio.
Buey gallego

Acaba su mensaje con lo que hemos deducido era la experiencia gustativa: “Se nos caían las lágrimas”.


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Carnes Cesareo Gómez

Carnes Cesáreo Gómez: I love carne

Decía un filósofo francés que “la felicidad no es hacer lo que uno quiere, si no querer lo que uno hace”. Pues acogiéndonos a esta máxima nos declaramos absolutamente felices, pues cada día nos sentimos más plenos y satisfechos por la labor que desempeñamos.
Estamos orgullosos de que nuestro comercio sea un referente en el mundo cárnico, no solo de Madrid,  participamos de los éxitos de nuestros clientes famosos, cuando consiguen su primera estrella o cuando acumulan su tercera mención Michelín, de la satisfacción de nuestr@s clientes habituales cuando agradecen nuestras sugerencias cárnicas o nos comentan el éxito de sus últimas recetas, nos enseñoreamos con nuestras piezas de carnes rojas, especialmente las del afamado buey gallego, pues lo sentimos como propio y estamos convencidos que comercializamos la mejor carne del mundo.

En todo ello está la recompensa diaria. En resumen, estamos felices de ser su carnicero, pues amamos la carne.

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¿Se acuerdan de «Careta»? Pues volvemos a tener una supervaca

Chuletones de vacuno gallego

Siempre se ha dicho, y esto es el catecismo en el comercio de alimentación, que el argumento con más peso es conseguir parámetros estables de calidad en los productos. Que el cliente siempre tenga la seguridad de adquirir buena carne. Pero hay ocasiones que surge lo extraordinario, aquello que en contadas ocasiones y producto de circunstancias irrepetibles, se convierte en algo excepcional.

 

Pues de la excepcionalidad en la carne hablamos, pues estamos en el convencimiento que hemos conseguido un ejemplar de vaca que nos hará rememorar aquel mito gastronómico y mediático que represento la vaca «Careta» hace unos años. Volvemos a tener una «supervaca». Con ella comparte un extraordinario físico y una ascendencia genética impecable, una forma de crianza como solo se puede dar en la Galicia profunda, que se transmite en un sabor especial, absolutamente único.

Nos apostamos el bigote de Manolo a que el ejemplar de vaca que sale a la venta en estos días, procedente de Galcarnes, es comparable a aquella Careta que en 2008 cosechó los mayores piropos de comensales y expertos. Rememoremos aquellos tiempos para que los que tuvieron la oportunidad de conocerlo vuelva a evocar esos recuerdos, y a los que no tuvieron oportunidad se pongan en situación.

La vaca Careta en la prensa

Artículos sobre la vaca Careta en El Mundo y 20Minutos

La vaca Careta fue una bendita rareza, a sus 10 años se la destinó al matadero con 1.400 kilos de gran corpachón, después de una vida a cuerpo de rey en un establo de Carral (A Coruña), con los mimos que le proporcionaba su dueña Agustina.

“Era más cariñosa que la gente”

Una vaca cruce de frisona y raza gallega que disfrutó de una existencia especial. Aunque dedicada en sus comienzos a la reproducción, tan solo tuvo un ternero a la edad de 2 años, y tampoco se la dedicó a la producción de leche. Para su dueña era bastante beneficio su mansa presencia en la cuadra y las visitas que la prodigaba varias veces al día, para entablar «conversación» y prepararle la comida.
Y en esto los mimos se prolongaban, pues la mítica Careta desconocía el sabor del pienso, su dieta se basaba en harina de maíz, mazorcas, pan, berzas, nabos, hierba y agua caliente. Como se hacía antaño. Esto, en proporciones pantagruelicas, y una absoluta falta de ejercicio dio como resultado un físico descomunal y, sin duda, fue el secreto del sabor que proporcionó a su carne.

Su fama en aquel tranquilo valle de Barcia se fue acrecentando y no eran pocos los que se acercaban a ver tan inusual ejemplar, entre los que no faltan intermediarios que tentaban a Agustina con suculentas cantidades para cerrar su venta.

Si hubiera sido por su dueña habría acabado sus días con la misma tranquilidad con los que habían trascurridos sus 10 años de edad, pero dejó de comer y se tuvo que tomar la decisión. Careta dejó su establo para escalar al cielo del gourmet.

Su adquisición por nuestra carnicería coincidió con el efecto mediático. Todos los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia de esa vaca gallega que en vida se había convertido en una supervaca y que se convirtió en 115 kilos de chuletón, 14 de solomillo, 220 kilos de perniles… Todo en ella era macrocifras.

La supervaca de Galcarnes

Pero su fama se acrecentó a la hora de poner a la venta los kilos y kilos de carne.  La combinación de fama y el resultado de su sabor convirtió nuestra carnicería en una auténtica locura. Los clientes solicitaban directamente no carne de vacuno, o carne de vaca gallega. Todo pedido se ceñía a “quiero carne de la Careta”.

Sirva como anécodota de aquellos días la siguiente historia. Un cliente habitual cuya hija pequeña no parecía tener debilidad por comer carne, disfrutó de tal manera con su primer filete, que pertenecía a nuestra afamada vaca, que pasado el tiempo su padre seguía utilizando el ardid de contarle que aquella vaca seguía siendo el origen de la carne que se comía.

Documentación de la supervaca de Carnes Cesáreo Gómez

Documento de nuestra supervaca

Pues la nueva supervaca comparte una buena parte de la historia existencial de aquella estrella cárnica. Como ella, es el fruto de un cruce bien estudiado, de una vivencia plácida y sin estrés en las praderas y establos gallegos, de una alimentación natural, de todos los cuidados y mimos que su ganadero le ha proporcionado, de un físico desmesurado que casi triplica en báscula el peso de una vaca corriente. Pues nuestra nueva supervaca no es, para nada, corriente. Basta ver el perfil de su carne, con un entreverado que podía recordar a los jamones 5J, con el punto exacto de infiltración de grasa en el músculo, promesa de un sabor excepcional y una soberbia terneza.

Entreverado de la vaca gallega de Carnes Cesáreo Gómez

Quizás no llegue a los ciclópeos solomillos de su antecesora, pero los de nuestra nueva vaca superan los 6 kilogramos, y sus costillares alcanzan cada uno los 50 kilos. Estamos ante magnitudes no conocidas, tanto en volumen como en sabor. Palabra de Carnes Cesáreo Gómez.

Ya hemos comenzado a comercializar los primeros cortes, pero hasta principios de Diciembre, superado el tiempo de maduración óptima, no saldrán a la luz los chuletones.

Chuletones de vacuno gallego

Aproveche la ocasión y reserve con tiempo. Oportunidades como ésta se producen en contadas ocasiones. Le invitamos a probar la ambrosía en carne de vacuno.

 Más información, reservas o pedidos telefónicos en nuestra web: http://www.carnescesareogomez.es/

Web de Carnes Cesáreo Gómez

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Buey gallego, treding topic de las mesas

Sería una obviedad decir que el buey gallego está de moda. La carne de los ejemplares de raza rubia gallega lleva ocupando el número 1 del ranking de los mayores placeres desde hace ya mucho tiempo y los gastrónomos lo han convertido en “trending topic” de las mesas. Y durante el mes de julio se lo demostraremos desde los fogones del Restaurante de la Riva

El nuevo buey gallego de Carnes Cesáreo Gómez

 

Para que se hagan una idea de la exclusividad de esta carne les daremos un par de datos: en la última subasta agropecuaria de Silleda (Lugo) se alcanzó el record del precio de un buey, llegando a los 5.021 euros, superando en 400 euros la marca anterior. Por otro lado, comentarles el precio que por un chuletón de esta misma raza se paga en uno de los restaurante más exclusivos de Hong Kong, del grupo King Parrot, cuyo chef ejecutivo es el vigués Francisco Pazos. Pues bien, un chuletón, del tamaño habitual que nosotros suministramos, se cotiza en ¡¡¡¡250 euros!!!!. Casi nada.

Nuestra labor es que los amantes de los placeres cárnicos no tengan que desplazarse hasta el otro lado del globo para degustarla, ni tengan que llegar a pagar semejante «talegada» por un chuletón de buey, por ello hemos adquirido un nuevo ejemplar de buey de raza rubia gallega.

Como es norma de la casa, adquirimos el animal íntegro, pues somos conscientes de que su excelencia se transmite no solo a los solomillos y chuletones, sino que su increíble calidad está presente en cada uno de los cortes, y en esta ocasión estamos especialmente satisfechos. El animal elegido es impecable, por hechuras, edad, peso y aspecto, lo que promete carnes excelsas, que se destinarán en exclusiva para nuestros mostradores y para alguno de los restaurantes más renombrados.

Nada menos que 1.570 kilogramos de pureza y 5 años de edad que se perfilan en las cámaras refrigeradoras para ser, tras su periodo de maduración, convertidos en delicados bocados de éxtasis.

Documentación de buey gallego de Carnes Cesáreo Gómez

Los bueyes autóctonos de raza rubia, que se crían con mimo y una alimentación natural a base de cereales, forraje y pasto, son desde hace unos años las preciadas estrellas en las mesas de los mejores restaurantes del mundo.

Todas las comparaciones de los especialistas gastrónomos han concluido que la carne australiana Tomahawk, la americana Sirloin, la japonesa Kobe y la canadiense Angus están bien, pero ni siquiera se pueden comparar con la carne que se cría en los prados gallegos.

Corte de chuletón de buey

Las mismas características que ensalzan al buey de Kobe (que los animales viven libremente y se ejercitan para que la grasa se distribuya de forma especial entre las fibras musculares) las cumplen estrictamente los bueyes de aquí. En definitiva, no seamos papanatas y consumamos carne de as nosas rubias galegas.

Jornadas del buey gallego en el Restaurante de la Riva

Conscientes de que la elección ha sido la acertada, piezas de este buey gallego  serán tema central de las jornadas que sobre carne organizará el Restaurante de la Riva en la C/ Cochabamba, 13.

Como si de una estrella del rock se tratase «Caretas», que así se llama este robusto buey, saldrá de gira veraniega, y su presentación en público tendrá lugar durante el mes de julio en los manteles del restaurante que dirige nuestro amigo y cliente Pepe Morán.

Jornadas del buey gallego en el Restaurante de la Riva
De nuestro establecimiento saldrán piezas escogidas, y de los cuchillos de Pablo (si se hubiera dedicado a la esgrima se habría perdido un carnicero excelso pero nos habríamos hecho con alguna medalla olímpica) se presentarán ante el público cortes perfectos para que el equipo de cocina del Restaurante de la Riva, encabezado por Ángel Molina y Miguel Velasco, rematen en los fogones.
De la calidad de la materia prima, y del buen hacer de los cocineros, cortes de solomillo, lomo, tapa y chuletón se han de convertir en la sensación del verano y en la satisfacción de los clientes que demanden la mejor carne.
En De la Riva se han empleado a fondo para que todo salga perfecto, incluido asesoramiento del experto José GordónRestaurante El Capricho-, para no defraudar.
Lo dicho, el verano tiene un evento ineludible: Jornadas de Buey Gallego en el Restaurante de la Riva, pero buey «del bueno», con la garantía Carnes Cesáreo Gómez. Les seguiremos informando.
Reserva ya. Os esperamos.

 

Nuestros mejores chuletones en Carnes Cesáreo Gómez

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Web de Carnes Cesáreo Gómez

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La cultura de las carnes rojas en Madrid

Falda de buey gallego

La evolución de la gastronomía, de los gustos, usos y costumbres en la cocina es una cuestión de transferencias. Intercambios culturales de los que, en el ámbito de la carne, Cesáreo Gómez ha sido testigo de excepción. Su dilatada vida profesional como carnicero le ha permitido vivir en primera persona las mudanzas en los gustos cárnicos, la evolución y ascensión a los altares de la “gran cocina” de la carne roja como la excelencia entre las carnes.

Carne de Buey en Carnes Cesáreo Gómez

Bien pudiera parecer que la cultura de la carne roja ha estado siempre aquí, que ha sido así de toda la vida, pero pensar eso puede entrañar un grave error. Si a alguien debemos la inclusión en las mesas de la restauración capitalina de las piezas de chuletones o, para ser más precisos, la forma de preparar el clásico chuletón, ese honor les corresponde a los pelotaris que hace años llegaron a Madrid con la tradición de los asadores y sidrerías vascas en la maleta.

Aportaron el concepto de maduración de la carne, el saber en la parrilla y el conocimiento de cómo dominar el fuego, que, al final, es el teatro donde la carne roja alcanza su condición de alimento sublime.

Propietario de Carnes Cesáreo Gómez

Cesáreo Gómez

En aquellos años, y ya son muchos, no faltaban en el matadero de Madrid bueyes, pues eran sacrificados tras cumplir sobradamente con su condición de animal de tiro y de trabajo en el campo; sin embargo, su carne no era bien aceptada por el consumidor. La moda y los hábitos de consumo imponían carnes más blancas.

Fue en lugares emblemáticos como en Las Reses, cerca del antiguo matadero, o los locales de la Cava Baja y Puerta Cerrada, o en El Frontón de Tirso de Molina, tan cercano al antiguo frontón de la calle Doctor Cortezo, donde se comenzó a preparar en Madrid la carne al “estilo del Norte”, con enormes y suculentas piezas de reses que habían cumplido, con creces, los 10 años. Y la forma de elaboración aún hoy dejaría boquiabiertos a muchos.

Dado que en aquella época el corte se hacía con todo el hueso (no fue hasta mediados de los años 90 del pasado siglo cuando la aparición del “mal de la vacas locas” prohibió la comercialización de la carne con el espinazo) el chuletón se colocaba en la parrilla “de canto”. No es broma. El hueso es un buen conductor del calor y de esta forma, con tiempo y buen control de las brasas, se conseguía que la carne de esas piezas, que alcanzaban el kilo y medio de peso (si no superaban los 2 kilos) se hiciesen lentamente preservando los jugos interiores. Luego bastaba con darle el acabado final por ambas caras.

Chuletón de buey

Pero no era la única forma. En el País Vasco se llegaba a “emparedar” el chuletón entre dos filetes, que cubrían ambas caras de la pieza y que actuaban de protectores del manjar. Los rigores del calor los sufrían los filetes, que después eran desechados, mientras que la carne de la chuleta recibía solamente el calor suficiente para hacerse al punto. «Así me lo contaron, aunque esto no pude comprobarlo en persona», nos aclara Cesáreo.

Si algo no se les puede reprochar a estos “gurus cárnicos” era la falta de conocimiento de la carne que su exquisito paladar demandaba. Sabían, y así lo pedían, el grosor exacto de la pieza, el tiempo que debía atemperarse la carne antes de cocinarla, los tiempos en el fuego y el punto óptimo para saborear algo único. Todos estos ritos, que ahora asumimos como habituales, se los debemos a ese grupo de vascos que, preservando y transfiriéndonos sus tradiciones culinarias, nos enseñaron a degustar este objeto de culto: la carne roja de buey.

En el gran archivo que es su memoria, Cesáreo Gómez guarda muchas más historias y anécdotas, pero hoy no quiere contarnos más. Otra vez será…

Tiempo de barbacoas

Entretanto haga acopio de la mejor carne para organizar las barbacoas que se avecinan. Uno de esos actos sociales que las nuevas tecnologías para han podido solapar. Al menos no nos consta que exista una aplicación para hacer una barbacoa virtual, aunque tiempo al tiempo.

Podemos ofrecerle los mejores cortes para poner en la parrilla, todos con la garantía de carne de primera calidad.

Que le gustan las carnes rojas, este es su sitio. Escoja entre buey gallego o buey de raza avileña, dos propuestas con igual resultado: chuparse los dedos.

Cerdo, ya sea cerdo blanco o cerdo ibérico, el rey de los porcinos, y que no puede faltar en sus diferentes piezas, ya sean chuletas, solomillo, secreto, presa, panceta…

Cordero merino

Cordero: finísimas y siempre delicadas chuletas de cordero merino.

Cortes argentinos: fuimos de las primeras carnicerías que en Madrid reproducíamos la manera de despiezar las reses al estilo pampero y seguimos siendo especialistas. Escoja: tira, entraña, bife, vacío…

Especialidades cárnicas, elaboradas por nosotros con materias primas de máxima calidad y la mayor frescura (hamburguesas, salchichas caseras, butifarras, chistorras, morcillas, chorizos criollos, brochetas de carne adobada…)

Más información, reservas o pedidos telefónicos en nuestra web: http://www.carnescesareogomez.es/

Web de Carnes Cesáreo Gómez

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Todos los cortes del buey gallego

Como lo prometido es deuda ya estamos poniendo a la venta los cortes del último ejemplar de buey gallego que adquirimos en la explotación ganadera  de Monforte de Lemos.  Durante más de 35 días ha guardado su correspondiente vigilia en nuestras cámaras, para convertir un  gigante de más de 1.500 kilogramos de peso en cortes de carne tierna y jugosa. Ese proceso de maduración de la carne es tan importante como la propia crianza llevada a cabo durante años en los prados gallegos.

El último buey gallego de Carnes Cesáreo Gómez

No nos cansaremos de repetir que las cualidades de la carne de buey, de la auténtica carne de buey gallego, se basa en la selección genética, en un largo proceso de alimentación a base de productos naturales, en una vida sin estrés que pudiera alterar las características organolépticas finales y en el proceso de maduración en cámara, bajo controles exhaustivos de humedad y temperatura. Todo este camino bajo la supervisión de la trazabilidad del animal a lo largo de años, control que asegura al consumidor final, usted, la autenticidad y calidad del producto.

Autentificación de buey gallego

Certificado del último buey

Después vendrá la habilidad de nuestro equipo, que armados de cuchillos seleccionaran los diferentes cortes para surtir nuestro escaparate de la brillantez y luminosidad de la carne roja auténtica y genuina, del más buscado de todos los productos cárnicos: CARNE DE BUEY GALLEGO, la carne roja por excelencia.

Hoy nos decantamos por mostrar la “geografía” del buey gallego, sus diferentes piezas y su uso más común en la cocina.

Cortes de buey

Lomo alto y chuletón de buey gallego  Lomo alto Se encuentra a lo largo de la columna a la altura de las costillas y es jugoso, tierno y limpio. Se puede asar deshuesado como rost- beef o dejar los huesos y preparalo en Chuletones (la estrella mediática del buey). Los entrecots son los filetes que están entre dos costillas

  Lomo bajo, situado a lo largo de la columna en la zona lumbar. Carne muy jugosa de la que sacamos excelentes filetes para plancha o parrilla.

  Aguja, aunque su aspecto no es lo más codiciado del buey es carne tierna y sabrosa, perfecta para filetes, empanados o en salsa.

  Cadera, forma parte de la grupa del animal, y de ahí extraemos filetes para frito o en sartén. Son muy tiernos si se cortan en perpendicular a la fibra.

  Morcillo, zancarrón o sukalki en las patas del buey, una carne gelatinosa y tierna, apreciada para caldos y guisos. Cuando se corta en trasversal con el hueso se conoce como ossobuco. Son los músculos gemelos de las patas delanteras y traseras. Una de nuestra preparaciones estrella es deshuesarlo y rellenarlo con condimentos de primera calidad. El resultado es de nota.

  Falda, la zona abdominal de la res que se emplea, sobre todo. Para guisar o cocer. La podemos subdividir en: la afamada entraña que en Argentina se cocina  a la brasa, el costillar, que se utiliza para churrasco, matambre para guisar o picar, vacío y la aleta.

Falda de buey gallego

  Solomillo,  es la carne más tierna y jugosa de la res. Se divide en cabeza, centro y punta. Es perfecto para asar, en filetes gruesos (Tournedó o Chateaubriand) o en tacos para fondue. De la punta se obtiene el Filete Mignon.

Un clásico de la cocina española, rabo de buey  Rabo, la carne gelatinosa que rodea a los últimos huesos de la columna. Al no tener médula se ha salvado de la prohibición de comercialización de carne de vacuno con el hueso. En nuestra gastronomía el guiso de rabo de buey (aunque el más famoso es el de toro de lidia su proliferación, y más en temporada taurina, nos hace dudar que todos los que se venden provengan de esta raza) es plato estrella.

  Babilla, carne muy tierna y apropiada para filetes ya sean fritos o plancha.

  Redondo, de forma cilíndrica y limpia de nervios se emplea para asar, aunque su ausencia de grasa invita a mecharla con tocino. Nosotros, también, la fileteamos muy fina para conseguir un magnífico Carpaccio de buey.

Redondo de buey, especial para carpaccio

Redondo de buey.

 

  Tapa, cubre todas las piezas de la pierna, y resulta una carne tierna y muy apta para filetes.

  Espaldilla, situada en el cuarto delantero, sobre la pata, se suele dividir en el cantero, apropiado para filetes y carne picada; y la plana, conocida como el solomillo del carnicero, tierna y jugosa.

  Carrillada o carrilleras, las mejillas o cachetes del animal. De carne muy tierna y apreciada.

 

 

 

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La barbacoa perfecta

Hay dos cosas que debe seleccionar con esmero antes de hacer una barbacoa: la carne y los amigos. En los amigos…, no nos metemos, usted es muy dueño de invitar a quien desee. Pero en las carnes si sabemos ayudarle, pues podemos sugerirle los mejores productos para hacer de esta divertida experiencia gastronómica una comida inmejorable. Consúltenos y no le defraudaremos.

Los mejores chuletones de buey gallego especial para barbacoas

Chuletones de buey gallego para barbacoa

Nos vamos a permitir insinuarle una serie de recomendaciones técnicas sobre la mejor manera de realizar una barbacoa perfecta. Cuando nos referimos a técnicas, no pretendemos asesorarle sobre la construcción de una parrilla exterior, tan solo nos referimos a los consejos mínimos que debe seguir para preservar las mejores cualidades de la carne y chorizos ante el fuego.

Encender la barbacoa 1 hora antes de empezar a cocinar, pues el fin es que sean las brasas y no las llamas las que cocinen. Este tiempo es el mismo que los productos deben estar a temperatura ambiente, fuera del frigorífico.

El cerdo ibérico de Carnes Cesáreo Gómez para su barbacoa

El mejor casting del cerdo ibérico para una completa barbacoa

Cocinar primero las carnes que se hagan antes y suelten más grasa. El tiempo estimado en el fuego para las carnes rojas es de 20 minutos aproximadamente.

Utilice tenazas o pinzas para dar la vuelta a los alimentos. Si hace uso del tenedor conseguirá pinchar las piezas y perderán sus jugos, esenciales para un acabado ideal. Esto mismo debe aplicarse a morcillas y chorizos.

El corte más grueso, en especial si se atreve con un chuletón, debe colocarse en el lugar más alejado de las brasas, así no se quemará por fuera y quedará crudo por dentro.

Los cortes argentinos de Carnes Cesáreo Gómez

Clásico cortes argentinos para barbacoa

Norma de obligado cumplimiento: es necesario que las piezas se hagan despacio. Es una forma de cocinar donde parte del disfrute está en el proceso; no tenga prisa, converse, cuente chistes, tómese una o varias cervezas, o alguna copilla de vino, y deje que el espíritu del fuego cumpla su trabajo a su ritmo.

Ante todo, no eche sal hasta el minuto final.

Con las costillas hay un truco para que su resultado tenga la misma terneza que en los mejores restaurantes especializados. Se trata de hervirlas durante una hora, secarlas perfectamente con papel de cocina o un paño de algodón, untarlas con salsa barbacoa y ponerlas en la parrilla. Al darlas la vuelta repetir con la salsa, si es su gusto. El resultado es de nota.
Si tiene más tiempo y es más sibarita, proceda a cocinarlas previamente a baja temperatura, untarlas con la salsa que se le antoje (muy recomendable es una mezcla de salsa de soja y miel) y situelas sobre la parrilla. Lo de chuparse los dedos no es un eufemismo, será una realidad.

En cuanto a la elección de la carne… apunte:

Chuletón de buey gallego. Sin duda es el rey, y de estos monarcas sabemos un rato.

Salchichas y chistorra caseras para barbacoa 2

Salchichas y chistorras para barbacoa

Cerdo: en cada una de sus piezas no deben faltar. Ya sean chuletas, solomillo, secreto o presa, panceta…

Cordero: finísimas y siempre delicadas chuletas de cordero merino.

Cortes argentinos: somos especialistas, ya sea tira, entraña, bife, vacío…

Especialidades cárnicas, elaboradas por nosotros con materias primas de máxima calidad y la mayor frescura (hamburguesas, salchichas caseras, butifarras, chistorras, morcillas, chorizos criollos, brochetas de carne adobada…)

Hay más, pero nos lo guardamos para contárselo en persona.

Aunque nos pierde nuestro espíritu carnívoro vamos hacer una concesión. Aproveche los primeros momentos de la preparación para añadir al menú alguna verdura, ¡sin excesos, ojo!, ya sean puerros, patatas, espárragos… Con esto nuestra conciencia estará a salvo.

Acompañe el evento con una buena dósis de humor, pues la barbacoa es el acto social-gastronómico más divertido. A su salud.

 

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Que no le den vaca por buey

Chuletón de buey gallego en Carnes Cesáreo Gómez

Chuletón de buey gallego

 

 A nadie se le escapa que apenas si quedan ya bueyes como para abastecer un mercado ávido de probar sus buenos chuletones y demás arsenal cárnico. El buen conocedor de la carne de buey es consciente que está ante la carne más cara de España, y desconfía de precios bajos para una carne única. Por ello nuestro esfuerzo en certificar que cuando vendemos buey se trata de ejemplares de raza rubia gallega, con todas las cualidades inherentes a esta raza, y que usted, consumidor, se lleva casa algo realmente excepcional.

 

La venta indebida, pero por desgracia generalmente aceptada, de carne de vaca como carne de buey ha arrojado sombras sobre un producto que por sus excepcionales características está considerado como “la mejor carne del mundo”, y como tal debía ser protegido y valorado.

Proclamación en Time Magazine del buey como manjar único

Proclamación en Time Magazine del buey como manjar único

 

Pulsa aquí para conocer el artículo aparecido en Time Magazine sobre la carne de bue gallego 

La carne de vaca es una magnífica carne, no hay dudas, pero sus diferencias con la carne de buey son considerables. Esta es de color rojo más intenso, el sabor es más fuerte y la textura más consistente. Su gusto es potente y meloso, pero sobre todo, sabroso. Además, y lo que puede ser más significativo, es que la castración del buey produce cambios que afectan de forma importante para una mayor infiltración y jugosidad del producto.

Chuletón y lomo de buey gallego en Carnes Cesáreo Gómez

Chuletón y lomo de buey gallego

Legalmente se llama buey al macho castrado que tiene más de 48 meses, aunque solemos adquirir ejemplares excelentes de mayor edad que nos asegura una infiltración de grasa adecuado y un tamaño soberbio.

Durante los primeros 8 meses se alimentan de leche materna, para posteriormente alimentarse de hierba fresca, paja, forraje y leguminosas. Pero es condición fundamental que en su última etapa viva sin estrés y coma maíz a placer.

Finca Balboa, en la campiña gallega, es uno de los productores más fiables de buey gallego y donde solemos suministrarnos. Alberto, su propietario, desvela el secreto de la particularidad de esta carne: “los animales son de buena raza, se crían sin estrés, en extensivo, comen a placer pasto natural y forraje a base de 12 kilos de maíz y cebada al día, pero el elemento diferenciador es el pasto gallego, porque es con lo que nuestros bueyes crían esa grasa amarillenta que los hacen tan sabrosos”.

Raza, crianza y alimentación para conseguir este totémico animal no resulta barato, estamos hablando de un animal que ya no colabora en labores agrarias, que es mimado y sobrealimentado durante al menos 7/8 años. Todo ello hace que tan solo un número reducido de auténticos bueyes gallegos lleguen al mercado… y lo pagamos a precio de oro.

Corte de buey gallego en Carnes Cesáreo Gómez

Infiltración de grasa característica del buey gallego

Pero el recorrido hasta el consumidor no termina aquí. Una vez hemos adquirido el ejemplar se inicia un proceso clave: la maduración. Este procedimiento permite transformar los músculos del animal en carne apta para el consumo, eliminando su rigidez y su contracción de los músculos, también hace que se concentren los sabores y mejoren las texturas, que los costillares liberen agua, se mineralicen las proteínas y los ácidos grasos se vuelven elegantes. Esta fase se desarrolla en nuestras cámaras especiales en condiciones óptimas de temperatura y humedad, durante más de 30 días a 0º grados centígrados, para lograr la mejor carne de buey.

El buey gallego es parecido al cerdo ibérico de bellota en lo que respecta a la infiltración de grasa en la carne y el veteado en el magro, que al final le da ese sabor único. Un animal especial fruto de cuidados especiales.

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Web de Carnes Cesáreo Gómez

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Carnes Rojas Gallegas en la barbacoa

Chuletón de buey gallego

 

El buen tiempo nos invita a realizar actividades al aire libre, la barbacoa se presenta así como combinación perfecta de ingredientes: comida sana, reunión social y diversión en un espacio abierto.

Carnes Cesáreo se encarga de poner el primer ingrediente: Carne Roja de buey gallego, considerado en listas de críticos internacionales como uno de los 50 manjares del mundo. Un producto de calidad extraordinaria que llegará a sus parrillas en perfecto estado para su consumo. Y lo hace en piezas únicas de auténtico buey gallego, de Raza Rubia Gallega con denominación de origen, en sus cortes más idóneos para las brasas:
Por un lado el chuletón, con su carne entreverada que le confieren un punto inigualable de sabor y terneza.

Por otro el entrecot, esa parte dorsal con su punto de grasa y de sabrosísima textura.

Pero cada barbacoa es un mundo gustativo y por ello también ofrecen clásicos cortes argentinos – unos especialistas mundiales en esto de asar al fuego -, así pueden optar por: entraña, vacio, bife…

Y como consejo básico: no usar la sal hasta el momento de servir, para evitar perder jugos y sabores.

En este aspecto la recomendación de utilizar una sal de calidad, como por ejemplo la que ofrece Carnes Cesáreo Gómez: Salina San Vicente, Sal de hielo. Sal tipo flor de recolección ecológica y cosechada al atardecer, según los métodos tradicionales de la Bahía de Cádiz. Se disuelve con facilidad, no cruje en boca y realza los sabores de los alimentos de una forma natural.

Alguien puede pedir más…