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Carnes Cesáreo Gómez: la saga de la hamburguesa

Hamburguesa de vacuno

En un bollo suave, tostado y crujiente, lechuga fresca, tomate… y en el medio de todo, una hamburguesa de buey o ternera sazonada y jugosa. Aclamada como «la comida favorita de Estados Unidos» y, también en medio mundo, la historia de la hamburguesa está llena de mitología. Son legión lo que han afirmado ser los primeros en colocar una hamburguesa de carne picada entre dos rebanadas de pan blanco. Es lógico, ¿quién no querría ser responsable de inventar el top ten de la forma gastronómica? Pero no ha existido forma de poner nombre al autor de la hamburguesa, si así fuera y se le hubiera ocurrido registrarlo sus herederos aparecían entre los primeros puestos de la lista Forbes de las mayores fortunas planetarias.

Por el contrario si se conoce mucho acerca de cómo esta versión de sándwich cárnico hizo las “américas” conquistando el estómago y los hábitos de consumo de la mayor parte de los americanos, los del Norte sobre todo, claro, que consumen miles de millones cada año.

Las mejores hamburguesas de Madrid

Desvelemos que el primer error común es pensar que la primera hamburguesa fue creada en Hamburgo, Alemania, aunque es de reconocer que la inspiración para la hamburguesa vino de estas tierras germanas, pero el concepto de emparedarla fue inventado mucho después. A lo largo del siglo XIX Hamburgo era famosa por su carne, procedentes de vacas criadas en su entorno cercano. Carne con denominación Hamburgo era habitualmente picada sazonada y servida en un plato acompañada de cebolla en lo que se vino a denominar como Filete de Hamburgo (Hamburguer Steak) Presentación que, a través de los inmigrantes alemanes que arribaban al puerto de Nueva York, se encargaron de difundir. Mucho de estos emigrantes germanos comenzaron  a ganarse el sustento con la apertura de casas de comidas en las grande urbes como Chicago y Nueva York, ofreciendo una versión americanizada del Filete de Hamburgo, con carne de vacuno picada y combinada con ajo, cebolla, sal y pimienta para después pasarla por la plancha o freír en sartén.

El restaurante Delmonico de Nueva York, inaugurado en 1827 y el primero en ofrecer a los comensales menú a la carta en lugar de menú fijo, presentaba un filete de Hamburgo en su menú al precio de 10 centavos, el plato más caro, que doblaba en cuantía a las chuletas de cerdo, a las chuletas de ternera y a la carne asada.

En 1876, y coincidiendo con la exposición del Centenario de Filadelfia, un restaurante alemán sirvió “filetes Hamburgo” a miles de clientes. El plato alcanza un momento álgido de popularidad y por su gran demanda comienza a ser habitual también en los restaurantes no alemanes y en libros de cocina de la época, como Boston Cook Book de la señora Lincoln, publicado en 1884:

«Hamburgh Steak. – Golpee un trozo de filete redondo suficiente para romper la fibra. Fría en mantequilla dos o tres cebollas picadas finamente hasta que estén ligeramente doradas. Reparta las cebollas sobre la carne, doble los extremos de la carne para mantener las cebollas en el medio. Ase 2 ó 3 minutos.»

Receta de Salisbury Steak

Pero ¿cuándo se rompe el vínculo entre Alemania y la hamburguesa clásica de Estados Unidos, tal como la conocemos hoy en día?. La culpa la tienen dos simples trozos de pan, en el que se empareda al filete de Hamburgo, y el desarrollismo de la industria americana de mediados de 1800.

Cuando las fábricas a vapor comenzaron a operar las 24 horas del día los populares carritos de comida, que ofrecían café y pequeños artículos de comida, estaban estacionados en los exteriores de las fábricas para satisfacer a los trabajadores hambrientos, que podían pedir comida a través de una ventana y comer rápidamente antes de regresar a trabajar al interior. Los carros de comida se equiparon con parrillas y los Hamburguer Steak comenzaron a aparecer en sus menús. Solo había que resolver un problema logístico, no era fácil engullir este sabroso pedazo de carne con las manos y de pie. La colocación de la carne entre dos rebanadas de pan resolvió este problema, y ​​nació el “sándwich de hamburguesa”. Una sencilla genialidad que modificó la historia.

El cambio de siglo tan solo vino a confirmar el encumbramiento de la hamburguesa como el clásico americano.
En 1921, Billy Ingram y Walter Anderson abrieron el primer establecimiento de hamburguesas de comida rápida, White Castle, en Wichita, Kansas. Su oferta principal era una hamburguesa pequeña de 5 centavos y su forma de mejorar la imagen sanitaria de este alimento era presentar su restaurante como un palacio de limpieza, con decorados blancos y encimeras de acero inoxidable que brillaban cual espejos. La carne era picada a la vista para asegurar a sus comensales que adquirían un producto de calidad. Hamburguesa y marketing, dos conceptos íntimamente unidos a lo largo de la historia contemporánea, estrechaban vínculos.

Hamburguesa en Australia

Foto: Buildingmybento

La hamburguesa continuó creciendo en popularidad a lo largo de las décadas siguientes, y con la II Guerra Mundial los soldados americanos trajeron a Europa la hamburguesa pues eran fáciles de elaborar y ayudaban a paliar en parte la nostalgia que sentían, pero sin querer servían de correa de transmisión a la propagación mundial de un fenómeno. En la actualidad la hamburguesa es la preparación culinaria más extendida en el mundo y no hay rincón donde no se pueda encontrar. Incluso es capaz de reinventarse incluyendo modificaciones para adaptarse a los gustos de paladares culturalmente diferentes, aunque manteniendo su denominación. Valga los casos como en Japón donde se puede pedir una hamburguesa de arroz, o en India cuya dieta  vegetariana les ha llevado a crear el McAloo Tikki, elaborada con patatas y guisantes cubiertos con tomate, cebolla y condimentos picantes. Aunque para un correcto y devoto carnívoro esto no sean más que herejías culinarias.

Tal es su poder que cocineros afamados y restaurantes de prestigio rinden pleitesía a la hamburguesa, compitiendo por crear la más codiciada, y viajeros gastronómicos escriben guías de viajes en busca de la perfección en este bocado o restaurantes de menor enjundía organizan concursos para elaborar la hamburguesa más pantagruélica…, en una competición que no parece tener fin.

Uno de esos casos que eriza el vello es el del restaurante Fleur de Lys, en Las Vegas, que en el año 2005 ofrecía a sus clientes, los más pudientes, claro, la Fleur Burger 5000, una hamburguesa preparada con carne de Kobe, trufas negras cortadas en láminas, pate de foie y aderezada con una apetitosa salsa de trufas negras al nada despreciable precio de… 5.000 dólares. Tal cual.  Aunque hay que aclarar que el menú incluía una botella de Chateau Petrus del 95.

FleurBurguer 5000

Pero olvidémonos de la desbordante imaginación y la tendencia a la desmesura de los americanos y volvamos a nuestra querida hamburguesa. Ahora que ya conoce algo más de este bocado elija las hamburguesa que más le guste, la tenemos de carne de buey gallego –la del buey nipón no le llega a la suela del zapato-, de ternera rosada o de ternera gallega. Todas elaboradas cada día para mantener la mayor frescura y las mejores cualidades de la carne, y no le añadimos nada más. En USA rabían de envidia cada vez que prueban una de nuestra maravillosas y suculentas hamburguesas…, por algo será.

Más información, reservas o pedidos telefónicos en nuestra web: www.carnescesareogomez.es

Web de Carnes Cesáreo Gómez

Web de Carnes Cesáreo Gómez

 

Carnes Cesáreo Gómez: entre pan y pan, carne

Bocadillos de carne

El socorrido bocadillo se sublima cuando acoge en su interior un corte de carne. Se vuelve soberbio y alcanza una dignidad propia de comida con mantel de hilo y cubertería de plata, aunque de poco sirvan estos complementos.

Aunque los más finos ya le hayan puesto nombre a esto de comer con las manos, etiquetándolo como finger food, es la forma de alimentarse más extendida. En cualquier lugar del mundo y bajo multitud de sobrenombres aparece: panini, hamburguesa, sándwich, bocata, montadito…, todos beben del mismo principio, entre pan y pan… un tesoro.
Rindamos homenaje merecido a este acontecimiento gastronómico que cada día se reinventa sin perder un ápice de su memoria histórica.

Las mejores hamburguesas de Madrid

Hamburguesa

El ejemplo de la globalización culinaria. Poco nos importa si sus orígenes están en el steak tartar que los jinetes tártaros cocinaban bajo sus sillas de montar, al mismo tiempo que asolaban media Europa, o en los mercaderes del puerto de Hamburgo, que después mudaron vidas y experiencias culinarias al nuevo continente. A quien haya tenido la genial idea de picar carne y acunarla entre dos piezas de pan tan solo decirle: gracias.

Eso si, mantengamos lo esencial. Buena carne de vacuno, como las elaboramos cada día, con tan solo una pizca de pimienta, que la proporción de sal deberá añadirla usted a su gusto, y siempre después de pasar por la plancha, barbacoa o sartén. Pero evitando conservantes o saborizantes. Carne y solo carne 100%.

Y en la elección de la carne está el matiz. Cada día preparamos 3 tipos:

Hamburguesas gourmet, con carne de buey gallego (¡ojo!, que acompañamos con el certificado correspondiente del animalito para que no le quepa duda de que se va a comer una buena porción de ejemplar criado con tiempo y paciencia en verdes pastos de Galicia).

Hamburguesas de cebón de Raza Avileña, elaboradas con carne picada de los mejores cortes de animales con Denominación de Origen.

Hamburguesas de ternera, más suaves de sabor pero con la jugosidad que requiere una burguer.

Pepito de ternera

Bocadillo de filete de ternera

Tenemos un cliente al que un día preguntaron ¿qué se llevaría a una isla desierta?. Su respuesta fue tan sencilla como inteligente: un Pepito de ternera. Es lo que se llama una lógica aplastante, y un amor desmedido por la forma de bocadillo de carne más nacional. Lo que no sabemos es si su argumentación se basaba en evitar el hambre o en disfrutar en absoluta soledad del placer carnal que significa un sencillo filete de ternera, tierno y jugoso, entre pan crujiente por fuera, pero ligeramente empapado en la miga con el jugo de la carne. Evítese al hacerlo dejar el corte como suela de zapato, la carne estará seca y perderá terneza, con el peligro de llevárselo entero al primer bocado.

Dice la rumorología que su nombre surgió en el Café de Fornos, en la Calle Alcalá esquina con Virgen de los Peligros, muy cerca de la Puerta del Sol de Madrid, donde se daban la mano las tertulias literarias, el mundillo artístico, las conspiraciones, el pecado (venial o no) y el buen comer. Pues en este escenario el hijo del dueño, a la sazón, José, harto de las cenas frías pidió que le pusieran entre pan un filete de ternera recién hecho. El experimento gastronómico no dejó indiferente a la concurrencia que empezó a pedir un bocadillo “como el de Pepito”. Olvidado ya el artífice del invento el nombre derivó en Pepito de ternera.

Nos atrevemos a recomendarles una pieza especial para convertir su bocadillo de ternera en líder de sus habitos de comer con las manos: utilice vacío, el típico corte argentino, que le proporcionará a su bocata un extra de jugosidad. Palabra de carnicero.

Panceta de cerdo blanco para bocadillos

Otro de los clásicos de la bocadillería cárnica tiene como protagonista a la panceta de cerdo, mitad magra, mitad grasa, que se supera cuando está entreverada, dentro de un pan que empape bien, para que la miga coja ese gustillo tan especial. Por si sola ya supone un bocado solemne, pero siempre puede engañar a su dietista poniéndole unos pimientos fritos o cebollita caramelizada o, sorpresa, pintarla con un poco de alioli.

Bocadillos de carne

Imagen de la web Gastroeconomy

Pero si de algo no peca el mundo del bocadillo es de falta de imaginación. Practicamente todos los productos cárnicos son susceptibles de combinar a las mil maravillas con el pan: una pieza de secreto ibérico – superior -, de morcilla de Burgos –un tanto radical pero absolutamente suculenta -, de butifarra –que le vamos a contar-, de salchichas caseras –una versión del hot dog con pan francés pero con producto que nosotros mismos elaboramos con el marchamo de alta calidad-. Y tantos otros.

No se preocupen de pringarse, tan solo disfruten.

Más información, reservas o pedidos telefónicos en nuestra web:www.carnescesareogomez.es/

Web de Carnes Cesáreo Gómez

Web de Carnes Cesáreo Gómez

Hambuguesas de vacuno 100%

 

Hamburguesas de carne de vacuno 100%

Hambuguesas de vacuno 100%

En Carnes Cesáreo Gómez nos sentimos orgullosos de ofrecer hamburguesas elaboradas 100% de carne, y solo carne. Sin añadir nada más que una pizca de pimienta y una pizca de nuez moscada. Realizadas cada día a la vista del público. Tan sencillo y tan sano.

 

 

 

Nuestro compromiso con la calidad de los productos que ofrecemos nos exige mantener un control exhaustivo: desde la elección de los animales entre los mejores productores de vacuno de toda España, hasta la elaboración final y puesta en venta.

Las hamburguesas de Carnes Cesáreo Gómez están hechas con carnes de primera calidad, de las mismas piezas que los clientes pueden ver en nuestros escaparates.

Hamburguesas de buey gallego certificadas

Hamburguesas Gourmet de buey gallego certificadas

 

De entre la selección de hamburguesas que ofrecemos, y que nuestro equipo realiza a la vista del público, nos sentimos especialmente satisfechos con la Hamburguesa Gourmet, elaborada con carne de buey gallego debidamente certificada, SIN UTILIZAR NINGÚN ADITIVO (ni colorantes, ni potenciadores de sabor, ni saborizantes, ni conservantes…). Como resultado final: un producto de primerísima calidad, de sabor inigualable.

 

Esta misma forma de trabajar, avalada con años de experiencia en el sector cárnico, la aplicamos escrupulosamente al resto de nuestras especialidades.
Nuestros clientes han depositado la confianza de su alimentación en Carnes Cesáreo Gómez y esto no podemos quebrantarlo.

 

Carré de cordero relleno de foie y hongos de Carnes Cesáreo Gómez

Carré de cordero relleno de foie y hongos

* Traemos hoy otra producción cárnica dedicada a paladares sibaritas: se trata del Carré de Cordero relleno de foie y hongos. Una excelente pieza de cordero deshuesada y con un relleno especial de foie de oca y boletus edulis, una delicatessen ya preparada para introducir en el horno y deleitarnos con los delicados sabores que aportan todos los ingredientes de la máxima calidad.

 

* Aprovéchese de la oferta en Pierna de Cordero Lechal, a tan solo 12 €/Kg. Piezas de corderos con el marchamo y el aval de la Indicación Geográfica Protegida de Castilla y León, sabrosos, delicados y a un precio ideal.

Piernas de cordero lechal

Oferta de piernas de cordero lechal

 

 

* En la sección de carne de porcino, podrá seguir disfrutando de la temporada del Cerdo Ibérico de Bellota, con ejemplares criados en el marco natural de las dehesas y alimentados con bellota. Su carne no tiene comparación, es un majar gastronómico.

 

RINCÓN DE LAS CARNES ROJAS

Chuletón de auténtico buey gallego

Chuletón de auténtico buey gallego

 

 

Estamos dispuestos a seguir llevando la contraria a todos los agoreros que afirman que “la carne de auténtico buey gallego no existe”. Se equivocan, existe y nosotros la tenemos.

En nuestro Rincón de las Carnes Rojas ocupan un lugar especial piezas de buey gallego, de la mejor explotación ganadera de Galicia, cuyos animales han sido alimentados de forma natural, y que han recibido en nuestras propias cámaras frigoríficas el tratamiento óptimo y la curación de más de 30 días hasta alcanzar el punto de maduración que los convierte en la carne más excepcional que usted pueda encontrar. Elija el corte que desee y dispóngase a disfrutar del placer único de una carne única.

 

 

 

Más información, reservas o pedidos telefónicos en nuestra web: http://www.carnescesareogomez.es/

Web de Carnes Cesáreo Gómez

Web de Carnes Cesáreo Gómez