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Frutas Charito: crucíferas, vegetales sanos

Verduras de invierno

La fama, la buena y la mala, suele ser efímera y no siempre responde a criterios sólidos. El ejemplo que nos ocupa responde perfectamente a este hecho. Las crucíferas, soberanas entre las verduras de otoño e invierno, han tenido durante años una inmerecida mala reputación, sea debida al fuerte olor que algunos de ellos desprenden al cocinarlos o al considerarlas de menor nivel o verlas como un ingrediente de la cocina más rural. Y en esta necesidad de un “asesor de imagen” apareció la Organización Mundial de la Salud para recuperar el “honor” y la reputación: propiedades antioxidantes, prevención de algunas formas de cáncer, capacidad para combatir el colesterol, potente acción antibacteriana, beneficios para la piel y las articulaciones, aporte de ácido fólico, vitamina C, betacaroteno, importante suministro de fibra, colaboración en los regímenes de adelgazamiento por su efecto saciante…,  las sitúa en el escalafón alto de lo que se considera una dieta sana.

Es por ello momento para reivindicar la presencia de pak choi, coliflor, romanesco, repollo, lombarda, col de bruselas, colinabo o colirrábano, brócoli, col rizada (kale), berza, nabo, grelos, col china, etc… en la mesa.
Verduras de invierno

En general estas verduras y hortalizas son muy fáciles de preparar, incluso algunas de ellas se pueden comer crudas, pues textura y sabor son muy agradables. Unas necesitan de una cocción suave para obtener el mejor sabor y a otras se las deben aplicar una cocción fuerte.

En cuanto al molesto olor que desprenden al hervirlas hay remedios que palian o lo eliminan. Bastará con echar en el agua de cocción un chorrito de leche, o unos trozos de apio o un poco de vinagre y evitaremos que los vecinos conozcan a distancia qué van a comer hoy.

Las verduras crucíferas tienen tamaños y texturas distintas entre si, por lo que deberemos tener en cuenta estas diferencias a la hora de cocinarlas. Por ello vamos a intentar diferenciar algunos usos y costumbres con los que podemos dar un mejor uso al regalo invernal que nos ofrece la naturaleza:

Las crucíferas verdes, como el brócoli, las coles de Bruselas, la col rizada o kale, los grelos, el romanesco y otras quedan especialmente bien a la plancha, salteadas o al horno. De esta forma no solo no desprenden olores desagradables, también mejoran mucho su sabor y su textura, quedando más enteras, sin deshacerse.
Vegetales de invierno

La col rizada al horno, además, se puede convertir en chips para picar. Las hojas se desecan y se tuestan y quedan como un snack crujiente.

Las coles de Bruselas se pueden tomar como cualquier otra verdura: salteadas, al horno o a la plancha. También se pueden separar sus hojas y dorarlas a la sartén para tener un snack diferente.

El colinabo o colirrábano se puede comer crudo. Recuerda bastante a la manzana en textura, y tiene un sabor muy parecido al del tronco de la lechuga. Basta con pelarlo y cortarlo como queramos para tomar tal cual o añadir a ensaladas.
Pak choi

La col china, pak choi, repollo y grelos son un poco más delicados. Si las añadimos al principio de la preparación de un plato es muy posible que para el final estén demasiado blandas. Requieren muy poco tiempo de cocción, y más si las cortamos en tiritas finas.
Para hacer rollitos de primavera y similares no es necesario darles una cocción previa, se harán con el vapor que se forma dentro del propio rollito.
También las podemos comer crudas en ensaladas, igual que la lombarda, y dar un toque de color y textura crujiente muy original sin tener que recurrir siempre a la lechuga.

La coliflor y el romanesco comparten una textura muy compacta que las hace ideales para cualquier preparación. Incluso podemos rallarlos crudos y utilizarlos igual que el cuscús (y no es necesaria su cocción). Ambas hortalizas cortadas en trozos medianos y hechas a la plancha con especias son una base excelente para cualquier plato o acompañamiento y se hacen muy rápido.

A la hora de hacer cremas de verduras nabo, coliflor, romanesco y colinabo nos aportarán cremosidad. Para evitar que huelan mal cocírnalos aparte, al vapor, hasta que estén tiernos, y añádelos al resto de ingredientes ya hechos antes de pasarlo por la batidora.


Receta de pastel de coliflor con queso
Pastel de coliflor y queso

Ingredientes:
1 coliflor mediana
100 gr. de mantequilla
1 cucharada de harina
3 huevos
200 gr. de queso Emmental rallado
Sal y pimienta negra.

Quitamos las hojas verdes a la coliflor, la lavamos en agua fría y retiramos el tallo central, ahuecándolo por debajo con un cuchillo.
En una olla ponemos agua con sal. Cuando el agua comience a hervir añadimos la coliflor entera, que deberá cocer con la olla destapada de 30 a 45 minutos.
Consejo: Si quieres evitar el fuerte olor que despide la coliflor durante su cocción, añade un poco de miga con leche a la olla.
Una vez tengamos la coliflor cocida, machácala hasta conseguir un puré espeso.
Funde la mantequilla en una cazuela con un poco de aceite de oliva. Añade la cucharada de harina y rehógala con la mantequilla hasta que desaparezcan todos los grumos.
Incorpora el puré de coliflor a la cazuela y rehoga el conjunto durante un par de minutos.
Pasa el puré de coliflor a un bol, salpimenta y, una vez se haya templado, añádele los huevos batidos y el queso rallado. Mezcla bien e introduce el resultado en un molde redondo.
Cocinamos en el horno, precalentado a 180ºC, hasta que la superficie quede bien dorada.

Receta de ABCdeSevilla


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Frutas Charito

Que tu despensa sea tu farmacia

Mandarinas recién recolectadas

Resulta paradójico que en un país que se ha convertido en referente mundial de la alimentación equilibrada – llámese dieta mediterránea o simplemente aprovecharse de la profusión de productos que crecen en nuestras huertas – veamos como lo más propio ingerir un píldora como respuesta a una enfermedad, en lugar de utilizar los alimentos como sistema de prevención. No es cuestión de arrinconar a los médicos, se trata de tenerlos lo más alejados posible (discúlpenos el Colegio de Médicos). Las propiedades inmunológicas, el aporte energético y requerimientos nutricionales están en los alimentos, y son frutas, verduras y hortalizas garantes de buena parte de nuestra salud.

 

Verduras de invierno

Verduras de invierno: baratas y saludables

Y esto se puede conseguir a lo largo de todo el año. Pongamos por caso las verduras de otoño-invierno. Cada una de ellas, desde las más humildes a los productos con mayor arraigo en la gastronomía, colaboran en nutrirnos convenientemente jugando un papel preventivo fundamental para diferentes enfermedades.

 Alcachofa: recomendable para los que sufren de anemia, artritis, reumatismo, obesidad… Beneficiosa para enfermedades de hígado, y eficaz para la diabetes y gota. Elige los ejemplares compactos, que no estén muy abiertas y de color verde claro, lo que nos asegurará el punto de crujiente de las hojas.

Alcachofas de Frutas Charito

Recomendación: durarán 1 semana guardándolas en la nevera en una bolsa de plástico cerrada.

 Berenjena: digestiva, nutritiva y calmante. Eficaz contra el raquitismo, artritis, inflamaciones de los huesos, gota y reumatismo, inflamaciones de riñones, afecciones hepáticas, etc.., y aconsejable para la desnutrición, indigestiones y estreñimiento, disminuye el colesterol, reduce las grasas sobre el hígado, y excelente para el estómago, bazo e hígado.
Escoja que sean uniformes, con la piel lisa y firme, brillante y de bastante peso. No deben tener la piel arrugada, con manchas o golpes.

Recomendación: aguantan unos 10 días en la nevera y es mejor guardarlas dentro de una bolsa cerrada.

Lombarda: su atractivo color morado, casi púrpura, se debe a la antiocianina, un poderoso antioxidante bueno para la vista, para potenciar el sistema inmunológico y proteger el corazón. Su gran aporte de selenio le otorga propiedades para prevenir distintos tipos de cáncer y reducir la tensión.
Comprar la lombarda que sea compacta y con el fuerte color morado, desechando las que aparezcan amarronadas o clareadas, pues puede significar que su hojas estén lacias.

Lombarda, verdura de invierno
 Recomendación: como las coles resisten perfectamente el frío y puede conservase en la nevera en perfectas condiciones entre 1 ó 2 semanas.

 Acelga: tan sencilla pero esconde un sinfín de propiedades. Fortalece el estómago, vigoriza el cerebro, actúa contra los cálculos biliares. Es beneficiosa ante inflamaciones de riñones, de la vesícula biliar, cólicos hepáticos y nefríticos, gota, diabetes, reumatismo, enfermedades de la piel, úlceras, etc…
Escoge las que tengan las hojas más frescas y tiernas, de color brillante y con las pencas (los tallos blancos) duras. Si están amarilleando y las hojas están ásperas, es que están a punto de florecer (o ya lo han hecho) y estarán más amargas.
Recomendación: pueden durar casi 1 semana. Además de para sopas y guisos la puedes blanquear 1 minuto en agua hirviendo y añadir a ensaladas, o cortarla en tiras y saltearla.

La lista es interminable, y todas, de una u otra forma, tiene su peculiar modo de cuidar de nuestro organismo: cardo, romanesco, endivia, espinaca, repollo, brocoli… y tantas otras, de las que hablaremos en su momento.

Una mala práctica de cocinado de las verduras lleva consigo que se pierdan más del 50% de las vitaminas y de las sales minerales, nutrientes “estrella” en estos alimentos.
Como norma general, las verduras se deben lavar en agua fría, no templada ni caliente, antes de cortarlas, para que no se pierdan nutrientes con sus jugos durante el corte.
Al cocer las verduras debemos introducirlas en agua hirviendo, y en el momento en el que estén cocidas, sacarlas del agua hirviendo y refrescarlas al chorro del agua fría, poniéndolas inmediatamente a escurrir para que no queden en exceso lavadas.
Las verduras deben cocerse en agua salada, las verdes destapadas y las blancas con la cazuela cubierta.
No se debe desechar el agua de cocción de las verduras, ya que se encuentran en él disueltos gran parte de los minerales y siempre es útil para añadir a otras preparaciones que precisan líquido, como cocidos, salsas,…

El tiempo de cocción varía si empleamos una olla o cazuela convencional, o bien la olla exprés o a presión. A continuación se detallan un cuadro de tiempos de elaboración.

Tiempos de elaboración de verduras y hortalizas

 

 

 Tiempo de vitamina C

Mandarinas recién recolectadas

La tradición manda que la mejor forma de combatir y prevenir los incómodos resfriados, propios de la época, es un suficiente aporte de vitamina C, y no hay mejor forma que disfrutando de los cítricos de la temporada: naranjas y mandarinas. En este caso le presentamos unas mandarinas insuperables, procedentes de la comarca de Vall d’Uxo donde la firma Valmiel las cosecha, y nos las sirve recién recolectadas y sin ningún tratamiento postcosecha, para preservar sus cualidades. Podrá notar el perfume del fruto, que se convierte en un embriagador aroma al desprender su cáscara y en un estallido de sabor en boca.

 El rincón de la Navidad

Mantecados Rey Felipe II

Hay que ser precavido y ya hemos abierto un rincón con los mejores dulces navideños, para que usted pueda ir escogiendo.  Mantecados, polvorones, mazapán, frutas escarchadas, fruta de Aragón comienzan a poner en nuestros mostradores un punto de color y dulzor. Sobre todo los mantecados Rey Felipe II, sin ninguna duda uno de los dulces navideños que más galardones y premios acumula, éxito basado en su tradicional elaboración artesanal, fielmente guardada generación tras generación, que les ha convertido en una leyenda.

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