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Pollería Hermanos Gómez: carne de jabalí

Jabalí

Aprovecharnos de los ciclos naturales, de los productos de temporada, es una máxima fundamental para conseguir que nuestro dietario tenga la versatilidad propia de un gran restaurante. Es necesario aplicar la misma filosofía de “cocina de mercado” que utilizan los restaurantes al ámbito de nuestro hogar. Por ello debe aprovecharse de que estamos aún en periodo de caza para añadir carnes no tan habituales en el menú cotidiano, pero que constituyen un cierto efecto festivo. Pruebe la carne de jabalí, sin llegar a la pasión compulsiva del personaje de comic Obelix, que consumía jabalí a pares, puede ser una buena variante en sus platos cárnicos.

La carne de jabalí, en sus múltiples presentaciones, es una sabrosa alternativa a la carne de cerdo. Es increíblemente magra, lo que significa que debe tenerse un especial cuidado durante la cocción, aunque bastará una cierta observancia de algunos principios básicos para conseguir un resultado de 10.

En números la carne de jabalí sólo tiene un contenido de colesterol de 45 mg. por cada 100 grs. de carne, mientras que el vacuno tiene 71 y el cerdo 80. Un punto a favor si su interés es una sana alimentación para Ud. y los suyos.
Además tiene hasta un 12% menos de calorías que la carne de vacuno y hasta un 20% menos de calorías que el cerdo, lo que la hace una alternativa para personas que restringen su ingesta calórica por salud o para cuidar su línea.
Y como no ocurre con otros productos cárnicos de animales criados en cautividad el jabalí no contiene ningún tipo de fármaco, pues su crianza y cuidado ha estado en manos de la naturaleza.

Receta de estofado de jabalí

Estofado de jabalí

Ingredientes:

1 kg. de carne de jabalí
3 patatas medianas
1 pera blanquilla
1 manzana goleen
1 zanahoria
1/2 cebolla grande
1 atadillo de hierbas aromáticas
1/2 vaso de aceite de oliva
1/2 botella de vino tinto
1 hoja de laurel
Sal
Pimienta

Troceamos la carne en dados, como para cualquier estofado, y la disponemos en un recipiente, preferentemente en una cazuela de barro.
Pelamos y troceamos las manzanas y las peras. Echamos éstas en la cazuela junto con las zanahorias, cortadas en rodajas, y la cebolla, pelada y cortada en trozos irregulares. Añadimos las hierbas aromáticas y el vino, de forma que lo cubra todo.
Tapamos la cazuela y dejamos macerar en un lugar fresco, o en el frigorífico, durante dos días.
Transcurrido ese tiempo, colamos la marinada recogiendo el vino, el cual reservamos.
Del resto de ingredientes que quedan en el colador, separamos, por una parte, la carne y, por otra, las zanahorias y los gajos de cebolla, desechando los trozos de pera, de manzana y las hierbas aromáticas.
Ponemos una cazuela de barro al fuego con el aceite y añadimos los trozos de carne, de forma que se vayan rehogando. Cuando la carne esté bien rehogada, se le añade el vino, las zanahorias, la cebolla y el laurel que hemos utilizado en la marinada.
Cuando rompa a hervir, bajamos el fuego y dejamos a fuego lento y tapado, entre 45 minutos y 1 hora, hasta que la carne esté tierna.
Si durante este tiempo el caldo se reduce en exceso, se puede añadir agua caliente.
Una vez que la carne esté tierna, añadimos las patatas cascadas (se inicia el corte del trozo de patata y entonces se gira el cuchillo, dando un suave tirón para que se rompa la patata), de esta forma se ayuda a que espese la salsa.
En temporada, se pueden poner también rovellones, guisantes, alcachofas, etc.., como guarnición.
Se añade sal y pimienta al gusto, y se deja hervir a fuego lento durante al menos media hora más para que espese.

Receta de la web ABC Sevilla

Más información, pedidos o compra on-line en nuestra web www.hermanos-gomez.es
Web de Pollería Hermanos Gómez

 

Carnes Cesáreo Gómez: con falda y a lo loco

Falta de añojo extremeño

Se ponga como se ponga la OMS, con sus titulares apocalípticos, la carne es fundamental en una dieta equilibrada, bien balanceada, donde se integren toda la gama de productos que la dieta mediterránea propone  y en la que la carne aporta proteínas de alta calidad. Nuestra obligación, como suministradores de alimentos, es ofrecer el más alto nivel de excelencia en la materia prima que comercializamos.

Desde hace mucho tiempo Carnes Cesáreo Gómez esta íntimamente vinculada a los cortes de vacuno supremos, somos uno de los comercios de referencia a la hora de adquirir chuletones y solomillos de terneras y bueyes gallegos, o de añojos extremeños. Pero ni queremos, ni podemos, olvidarnos de otras piezas del vacuno que sin contar con tanta reputación como los anteriores, representan una opción óptima y más económica para preparar platos cárnicos.

Para desgracia del consumidor la evolución genética no ha dado en crear ejemplares con 36 solomillos o un costillar kilométrico, por ello debemos saber aprovechar cada corte en la seguridad que cada uno de ellos tiene su lugar y cometido en la gastronomía.

Estofado de falda de ternera

Una de esas piezas de vacuno que nos ofrece un  sinfín de posibilidades es la falda. Zona que se localiza en la parte inferior del abdomen, extensible desde las últimas costillas hasta las extremidades posteriores.
Es una pieza grande con forma rectangular y aplanada. La mayor parte de esta pieza es muy melosa y con infiltraciones de grasa, y de alto rendimiento pues su porción comestible es de 95 gramos por cada 100 gramos de producto fresco.
Como el resto de otras partes del vacuno es una fuente de proteínas de calidad, grasa monoinsaturada y saturada, hierro y zinc de elevada biodisponibilidad.

Fibrosa y rica en gelatina es una carne de muy buena calidad y altamente sabrosa, perfecta para elaborar guisos, estofados, asados, para rellenar o para picar.

Corte de asado de tira

En estofados, la falda representa aquello que se ha dado en etiquetar como un “plato de abuela”, pues es parte del recetario más tradicional y está presente, sobre todo cuando llegan los fríos, en cualquier mesa. Las características gelatinosas de esta pieza de carne de vacuno le prestan una untuosidad ideal.

Impecable para rellenar, aunque no hay dos recetas iguales porque todo dependerá de los ingredientes utilizados para el relleno y de la complejidad de la salsa con que se acompañe. Resulta un plato muy socorrido, de buena presencia y que puede funcionar como aperitivo o como plato principal acompañado de una ensalada. Un plato de lo que se podía denominar “de fondo de nevera”.

Falda de vacuno rellena

En horno o a la parrilla su comportamiento es ejemplar, aunque en este caso pídala con hueso, que aportará en el proceso mayor sabor a la preparación. No se olvide que tenemos una larga experiencia en realizar cortes argentinos, tipo asado de tira, que representa la quintaesencia de la forma de consumir carne del país donde los buenos carnívoros y los peloteros futbolísticos son legión.

Tradicionales fajitas de falda de vacuno

Más información, reservas o pedidos telefónicos en nuestra web: http://www.carnescesareogomez.es/

Web de Carnes Cesáreo Gómez

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